La Laguna y el Barrero.

Recuerdos de Infancia

De mis recuerdos de infancia hay uno que está ligado a “La Laguna” y al “Barrero”.

La Laguna estaba en lo que hoy es el Parque Infantil. Algunos llevaban allí a los animales para que bebieran. Tengo el recuerdo de ver a mi pariente Lorenzo dando agua a las mulas y también a los Moriana corriendo por encima del hielo en el invierno.

Había patos que acudían a ella por la mañana, y regresaban al atardecer en fila india a la casa

La otra era El Barrero de agua más cristalina y con abundancia de ranas.

Ambas han desaparecido y hoy son parques.

Claudio Villafáfila


Todos esos recuerdos son mis recuerdos: La Laguna, el Barrero, los Moriana, las hogueras de San Juan-reminiscencias de las celebraciones paganas del solsticio de verano, la vida de las eras, el pozo la fuente del Pin Pin....

Todo ese mundo que recreas,  me ha hecho llorar de emoción, por evocar ese tiempo que nos pertenece y que era de antes de la modernidad actual y estaba cargado de significados y poblado de seres tan queridos.

A mi me encantaban las noches de "tomar el fresco" donde los niños jugábamos al escondite, a veces divididos en grupos que se buscaban al son de aquello de “sereno que cantas dime qué hora es... han dado la una las dos y las tres..."

Algo que también me gusta recordar son los inviernos, cuando cerca de la Navidad las niñas buscábamos y cogiamos, en medio de un frío de muerte, el musgo más guapo para el Nacimiento.

Escarcha y olor a campo de invierno se grabaron en mi mente. Luego, las más mayores preparaban con entusiasmo el Nacimiento en la escuela. Era como la recreación de un mundo de cuento, bonito, creativo, navideño, entrañable y de todos; allí se iba a cantar villancicos después de misa el día de Navidad y Año Nuevo.

Matina


El legado de nuestras pequeñas historias familiares que sumadas forman la memoria colectiva, que debemos preservar porque ellas son nuestro origen, nuestras señas de identidad en esta sociedad tan compleja que nos ha tocado vivir.

Admiro mucho a esa generación del silencio, esa generación silenciada de nuestros padres haciendo economía de equilibrio para procurarnos una vida mejor que la que ellos tuvieron.

Pienso en un momento en aquellas mariposas de alas blancas, en saltamontes clavados en las pajareras, en un botijo a la sombra de un carro, en unas mulas sacudiendo las moscas, en un hombre aparvando la trilla, unas mujeres barriendo la era, en nubes de vencejos oscureciendo el cielo cuando caía la tarde o en las relaciones personales, en los diálogos:

-Oye muchacho, ya estás andando al estanco y me traes un librillo de fumar de zig-zag.

A la vuelta:

-Toma esta perra que sobra para un caramelo.

Las idas y venidas de las mozas al Pozo Bueno para acarrear agua, el trajín de las pozaletas de ropa, los golpes contra el batidero de la ropa húmeda al lavar, el frío atroz que dejaba llenas de sabañones y doloridas las manos, el olor al estiércol de los establos cercanos que no había cambiado un ápice desde tiempos medievales, comenzaron a perderse en el recuerdo.

Yo viví en ese tiempo tan lejano en que las mujeres iban a la fuente del Pin Pin con sus pozaletas a lavar y regresaban a pié cargadas de ropa limpia.

Las cosas en aquel tiempo eran muy simples. Se iba a espigar porque había que espigar, a cortar legumbres porque había que cortarlas, se iba a misa los domingos porque los no devotos no querían ser señalados con el dedo y los más creyentes tranquilizaban sus conciencias.

Al llegar el verano nuestros sentidos traen a la memoria los olores de la infancia. Los viejos tomando el fresco a la luz de la luna disfrutando del aire suave. El silencio roto por el canto de los grillos y el traqueteo de los carros.

Las duras heladas que dejaban La Laguna y El Barrero como pista de patinaje.

San Esteban, rincón querido y nido de mi niñez, cuando voy a ti, afloran en mis solo gratos recuerdos y mi pecho se ensancha al recordar a mis amigos de siempre.

Claudio Villafáfila

Para todos ellos mi más grato recuerdo. Los llevo en el alma.

Para mi amigo de siempre y de hoy Emilio Deza
Para mi otro amigo el Secretario de Silvestre.
Para el entrañable amigo Marcelo.
Para Matina siempre clara y bondadosa.
Para Jeicos, listo y triunfador.
Para Reyes, la dignidad en persona.


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