La ficción electoral. La oligarquía parlamentaria. 1920-1923

LOS ALMUERZOS Y LA POLÍTICA


Plus Ultra - "Mas alla"

- «Encore, Monsieur?»
En esta bella Francia de las empresas grandes y las raciones chicas, las palabras del criado llegan hasta el oído como una tentación.
- «Encore, Monsieur?»
Mis ojos de comensal lanzan una mirada, que en vano quiere ser desdeñosa, hacia la gran fuente que sostiene las otras tres hondas y más pequeñas. En una están los trozos de langosta; puede verse la segunda llena de granos de arroz, y la tercera contiene la salsa rojiza y espesa, a la moda americana. En un relámpago, rememoro el único huevo que a estas horas suelen servirme en el hotel, y mi estómago de español se lanza al asalto, entre un suspirillo de agradecimiento.
- «Encore.»
Se habla de política. Junto a mi izquierda, el perfil agudo del Conde de Romanones acúsase fuertemente sobre el fondo obscuro del comedor.
- «Lo que yo aseguro.» Dice ahora el ilustre ex presidente «es que durante el año de 1022 no habrá lugar a nuevas elecciones.»
- «Mejor» añade en tono convincente el dueño de la casa.
Claro está que no vale la pena de añadir que el dueño de la casa es diputado a Cortes en la actual legislatura. Porque el diputado a Cortes D. Teodoro Seebold y su bellísima esposa ofrecen hoy un almuerzo, que ha despertado el interés español en San Juan de Luz. Aparte de los ya nombrados, son los comensales el marqués de Villabrágima, D. Porfirio Díaz -hijo del fallecido presidente de Méjico- y su esposa los señores de Requejo D. Manuel; la señorita Rita Seebold y su hermano el ingeniero Sr. Victoria de Lecea.
Mis dos personalidades de periodista y de comensal están ahora en pugna. El periodista aconseja en mi interior: «Eres un pobre hombre, preocupado únicamente de los actos materiales. No comas más y escucha. Acaso dentro de un momento van a ser pronunciadas las palabras que pueden proporcionarte un éxito periodístico. España entera confía ahora en tu retención. No comas, pobre hombre.»
Y el comensal contesta, sin embargo: «¡Bah! Pero ¿quién cree a estas alturas en la política? No seas tonto y come. Cuantos más francos poseas en Francia, la comida podrá ser tantas veces mejor, pero las raciones serán indefectiblemente pequeñas. En diez días de Francia has perdido cinco kilos. Come, ya que la ocasión se te presenta; España sabrá esperar mejor que tu estómago.»


Conde de Romanones uno de los principales líderes del partido Liberal de Sagasta durante el período de la Restauración.

Acabo por dar la razón al comensal, y mi personalidad periodística es ahogada en el cup delicioso y entre las copas de champagne con que se brinda al final por Méjico y por nuestra Patria. La villa espléndida que nos acoge está poblada de cuadros austeros, y un retrato del viejo D. Carlos, con su larga barba y su boina de borla colgante, sonríe desde su marco y habla de las aficiones tradicionalistas del propietario del inmueble, hoy también fuera de Francia por cuestiones políticas.
Cuando el Conde de Romanones, acompañado de su hijo, parte hacia el hotel del Golf, donde se hospeda, la reunión se deshace, y un grupo de conocidos curiosos se llega hasta mí, ávido de noticias: «¿Qué...? ¿Qué tal el almuerzo?» se me pregunta, con ansias que asoman a los ojos y traen temblores hasta la voz.»
Y yo, poniéndome a tono con las circunstancias, respondo:
- «Tranquilidad, señores. El porvenir de España sonríe asegurado. Por lo demás, la langosta a la americana estaba muy buena»

Gil de Escalante.
San Juan de Luz y Septiembre.

ABC VIERNES 16 DE SEPTIEMBRE DE 1921 EDICION DE LA MAÑANA.



Elecciones generales de España de 1920

Las Elecciones generales de España de 1920 fueron convocadas para el 13 de diciembre de 1920 y celebradas bajo el sufragio universal masculíno. Ostentaba el cargo de Presidente del Gobierno hasta la fecha de las elecciones Joaquín Sánchez de Toca Calvo.

Las elecciones estuvieron marcadas por la debilidad extrema del sistema político y la gran conflictividad social debido a la Guerra del Rif y los disturbios en Barcelona. El Partido Conservador estaba dirigido en ese momento por Eduardo Dato, mientras el Partido Liberal lo estaba por Manuel García Prieto.

La mayoría conservadora permitió que los principales líderes de ese partido ocuparan las principales magistraturas del Estado. José Sánchez Guerra fue nombrado presidente del Congreso de los Diputados y Joaquín Sánchez de Toca y Calvo fue el presidente del Senado. El jefe del gobierno fue Eduardo Dato.

Entre 1920 y 1921 se recrudeció la violencia anarquista en Barcelona, lo que derivó en la represión militar del general Severiano Martínez Anido, gobernador militar de la ciudad, y al fin, con el asesinato del presidente Dato el 8 de marzo de 1921. Dato fue sustituido por Manuel Allendesalazar, un conservador ciervista, quien abandonó el gobierno en julio de ese mismo año por el Desastre de Annual. Se formó entonces un gobierno de concentración nacional entre los conservadores, los liberales de Romanones y la Lliga dirigido por Antonio Maura, cuya finalidad residía en ocuparse del problema marroquí. José Sánchez Guerra formó un nuevo gobierno en mazo de 1922 con apoyo de la mayoría de conservadores y mauristas junto a la Lliga, aunque fue destituido por orden de Alfonso XIII debido a que Sanchez Guerra autorizó al Congreso a investigar el resultado del Expediente Picasso, que acusaba al general Dámaso Berenguer del Desastre de Annual. Tras esto fue nombrado presidente Manuel García Prieto.

Eduardo Dato Iradier - La Coruña, 12 de agosto de 1856 + Madrid, 8 de marzo de 1921. Abogado y político conservador español, casado con María del Carmen de Barrenechea y Montegui.


Eduardo Dato Iradier

Fue ministro de Gobernación durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y presidente del Consejo de Ministros, ministro de Gracia y Justicia, ministro de Estado, ministro de Marina y Presidente del Congreso de los Diputados de España durante el reinado de Alfonso XIII.

En 1918 Dato volvió a desempeñar la cartera de Estado en un nuevo gabinete de concentración nacional formado por Antonio Maura. En los años aún críticos de la posguerra, presidió el gobierno de 1921 cuando el ambiente en Barcelona entre patronal y centrales sindicales se hacía más insoportable. Su apoyo a la represión de la subversión social y a la llamada Ley de fugas lo convirtieron en blanco del extremismo anarquista.

Fue asesinado por más de 20 disparos el 8 de marzo de 1921 en un atentado llevado a cabo por los militantes anarquistas Pedro Mateu Cusidó, Luis Nicolau Fort y Ramón Casanellas Lluch desde un sidecar en marcha en la Puerta de Alcalá de Madrid. No era el primer magnicidio de un presidente de gobierno español. En 1912 había sido asesinado José Canalejas, en 1897 Antonio Cánovas del Castillo y en 1870 Juan Prim y Prats.


Antonio Maura, rodeado entre otros, el Sr. Artamendi, Julián Echeberría, Benjamín Villabella, alcalde de Eibar; Paulino Salaverría, Tomás Echaluce, Félix Gárate, José Echave, Tomás Guruceta, Juan Urizar y Eugenio Urroz.

Tras la muerte de Dato, se suceden varios gobiernos conservadores, impotentes para atajar la descomposición del régimen parlamentario. Por fin, el gobierno liberal de García Prieto, constituido en diciembre de 1922, con el apoyo de los republicanos reformistas de Melquíades Álvarez disuelve las Cortes, y convoca en abril de 1923 las últimas elecciones del período de la Restauración. En el periódico La Voz, en el número del 6 de marzo de ese año se presentaba una curiosa estadística de vinculaciones familiares de los candidatos: 59 hijos, 14 yernos, 16 sobrinos y 24 con otros parentescos relacionados con los fundadores de dinastías políticas, 52 de ellos para los conservadores y 61 para los liberales; y ello sin contar los pasantes y protegidos. Además, los candidatos electos sin votación, gracias al artículo 29 batieron el récord con 146 escaños. - La Ley electoral de 1907 establece en su art. 29 que si en una circunscripción uninominal solo hay un candidato o en circunscripciones plurinominales el número de candidatos es igual al de escaños en juego, los candidatos resultan directamente elegidos sin necesidad de votar. Por ello, los datos de votantes y participación son difusos, ya que muchos ciudadanos llamados a las urnas no llegaban a votar. Las diferencias en los datos absolutos pueden alcanzar el millón de electores.

Los liberales, en coalición con los reformistas consiguieron 223 escaños, mientras que los conservadores lograron 108, de ellos, 81 para los oficialistas de Sánchez Guerra, 16 para los ciervistas y 11 para los mauristas. Las críticas del diario ABC a estas últimas elecciones son un claro exponente del cansancio al que había llegado la opinión pública por las reiteradas manipulaciones de la voluntad popular:
Las elecciones han sido convenidas; casi todos los candidatos de oposición, oficiales y protegidos o consentidos. Se repiten las convocatorias de año en año, o a los dos años las más distantes y, sin embargo, cualquier Gobierno, como se llame o como se pinte, dispone siempre de la mayoría, tan grande como quiera, y aún sin romper la tradición de los convenios. La ficción electoral no tiene pretensiones de finura.



Elecciones generales de España de 1923

Las Elecciones generales de España de 1923 fueron convocadas para el 29 de abril de 1923 y celebradas bajo el sufragio universal masculíno. Fueron las últimas elecciones a Cortes Generales convocadas en la Restauración borbónica y, por lo tanto, dentro del sistema de turnos de partidos dinásticos implantado con la Constitución española de 1876, carta magna que sería suspendida en septiembre de ese mismo año por el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera. Quien ostentaba el cargo de Presidente del Gobierno hasta la fecha de las elecciones fue Manuel García Prieto.

El Partido Conservador estaba sumido en una profunda crisis de liderazgo desde el asesinato de Eduardo Dato, mientras el Partido Liberal se presentaba muy dividido en diferentes facciones. La mayoría liberal permitió que los principales líderes liberal-progresistas ocuparan las principales magistraturas del Estado. Melquíades Álvarez fue nombrado presidente del Congreso de los Diputados y Álvaro Figueroa y Torres fue el presidente del Senado. El jefe del gobierno fue Manuel García Prieto, elegido con el apoyo del Partido Liberal y del Partido Reformista. Los proyectos renovadores de García Prieto se vieron obstaculizados por numerosos sectores, y por las tentaciones autoritarias del Rey. En el ambiente latía el clima de opinión favorable a una dictadura.Ambas cámaras fueron disueltas por la Dictadura de Primo de Rivera cinco meses después, el 13 de setiembre de 1923.

Circunscripción de Zamora *7 diputados*
Puebla de Sanabria: José Abril Ochoa, romanonista, proclamado sin elección. Benavente: Leopoldo Tordesillas y Fernández Casariego, demócrata, proclamado sin elección.
Alcañices: Eduardo Cobián y Fernández de Córdoba, Demócrata independiente, proclamado sin elección.
Villalpando: Teodoro Seebold Zarauz, demócrata.
Bermillo de Sayago: Miguel Núñez Bragado, Izquierda Liberal, proclamado sin elección. El 12 de julio de 1923 renuncia por haber sido nombrado Comisario Regio de Seguros.
Toro: Alfonso Ramírez de Arellano y Esteban, marqués de Encinares, Marqués de Jódar, conservador. El 29 de mayo de 1923 se aprueba el informe del Tribunal Supremo de España declarando la nulidad de la elección.
Zamora: Santiago Alba Bonifaz, Izquierda Liberal, proclamado sin elección.



La España Chica. La ficción electoral. La oligarquía parlamentaria. El ambiente social y el orden público. La historia intima de la vida política. En las principales librerías 4 pesetas..

Teodoro Seebold Zarauz Teodoro Lotario Eugenio José Seebold Zarauz 1888-1930.
Nacido en Bilbao, Vizcaya
Bautizado el 24 de noviembre 1888 en San Vicente Mártir.
Fallecido el 14 de enero 1930 en Davos, Suiza.
Fracción política: Demócrata Profesión: Propietario.

Circunscripción: Zamora, Distrito: Villalpando
Elecciones: 19.12.1920 Legislatura: 1921-1922 y 1922-1923
Electores: 11291. Votantes: 8117. Votos obtenidos: 5186. Fecha de alta: 27.12.1920, Fecha de baja: 06.04.1923, Fecha de jura/promete: 22.02.1921

Elecciones: 29.4.1923 Legislatura: 1923 Electores: 11168 Votos obtenidos: 5863
Fecha de alta: 15.05.1923 Fecha de baja: 15.09.1923 Fecha de jura/promete: 12.06.1923

ABC MARTES 1º DE MAYO DE 1923 EDICION DE LA MAÑANA.
NOTICIA

Zamora por Villalpando triunfa don Teodoro Seebold Zarauz, demócrata, por 3597 votos. Por Toro, el Marques de Encinares, conservador por 4279.
En el distrito de Toro se cotizaron seis votos a 1000 pesetas.
En algunos pueblos se indicaba con una bandera roja la casa donde se reunían los votantes que vendían sus votos. Muchos votaron a última hora, esperando el alza en los precios. Se dice que el acta ha costado medio millón de pesetas. En Villalpando se retiró el candidato que luchaba frente al demócrata, quedando este solo.

El caciquismo se consolidó en España durante la Restauración 1874-1923. Los caciques se encargaban de controlar los votos de todas las personas con capacidad de voto de su localidad, lo cual era la base de la alternancia política que la Restauración demandaba. Los caciques son personas con poder económico, que cuentan con un séquito, gente que trabajan para él, formado por grupos armados, capaces de intimidar a sus convecinos que saben que si las cosas no transcurren según los deseos del cacique pueden sufrir daños físicos.

El régimen liberal español estuvo en todo momento, hasta la ruptura que significó la Segunda República, y salvo breves y dudosos períodos intermedios, dominado en cuanto se refiere a los procesos electorales por el fraude y el abstencionismo generalizados. El caciquismo era, además de un sistema de estructuración de la sociedad nada igualitario, una vía para poner en relación al mundo urbano, donde se tomaban las decisiones políticas, con el rural, es decir, con la mayor parte del país. A través de las clientelas caciquiles llegaba hasta los lugares más recónditos de la geografía española algo parecido a la autoridad.

El distrito es el primer eslabón de la cadena que une al parlamentario con su sociedad, es el medio natural donde se legitima y enraíza el poder, el ámbito más genuino del patronazgo. El distrito es la expresión más palpable de las complejas imbricaciones entre representantes y representados y , sobre todo, de las relaciones primarias de vecindad, amistad, familia o relación profesional. Aquí se palpa el intercambio de intereses y relaciones entre el poder central, los representantes y la sociedad local.

El distrito, en primer lugar, aparece como el caldo de cultivo para enraizar el poder en el orden material, en el sentido de que la procedencia, el domicilio, la ubicación de la propiedad, los cargos que ejercen en él marcan ya un lazo físico importante para explicar la vinculación de casi un tercio de los diputados al territorio de representación.

Más de la mitad de los distritos de la región son casi propiedad de de familias o grandes personajes que se suceden en el escaño o controlan su elección fácilmente. Son también la mayoría de los parlamentarios que siempre salen por el mismo distrito. El distrito es el ámbito donde se establecen las redes de clientelismo más fuertes y estables, ya sea por medio de la vinculación a intereses económicos, desde los renteros a los obreros, o bien a través de instituciones de poder local, o bien sirviéndose de estrategias familiares y de una estrecha red de relaciones sociales de prestigio e influencia personal.

En Villalpando y Benavente, al segregarse como unidades electorales independientes, se reparten también las influencias. Ricardo Muñiz ocupo el territorio de Villapando y E. Tordesillas y O’Donnell, conde de la Patilla, el de Benavente. Desde 1884, cuando desaparece Ricardo Muñiz, Villalpando queda disponible y al servicio del turno dinástico. Apenas algunas rupturas, como las del liberal fusionista José M. Semprun y Pombo rompen el turno a fines del siglo, mas tarde vuelve a salirse de la ortodoxia conservadora para dar entrada al reformista Palacios Morini y finalmente, en 1920 y 1923, hace diputado al independiente Teodoro Seebold, sobrino de Dato. Benavente, en cambio, una vez que E. Tordesillas pasa a la Cámara Alta en los ochenta, será dominado por los hermanos Mateo Y Faustino Silvela Casado entre 1891-1907 y por Leopoldo Tordesillas y Fernández Casariego, hijo del conde de la Patilla y yerno de uno de los Silvela Casado, en los periodos de 1905, 1910 y 1916-1923, con todo, se puede decirse que registro una cierta hegemonía liberal.

Varela Ortega, José - El poder de la influencia. Geografía del caciquismo en España 1875-1923

Durante la II República Cañizo, llega a ser considerado el pueblo más conflictivo de la provincia, pero esta conflictividad deriva de una dinámica desarrollada desde comienzos de siglo y común al conjunto de la comarca de Tierra de Campos, a la que contribuyen la progresiva hegemonía del cereal y la ganadería ovina, la disminución de la superficie dedicada a la vid y, como hechos derivados de la transformación de las bases productivas, la proletarización de muchos pequeños propietarios y arrendatarios y una reducción de la demanda de mano de obra que conduce al desempleo estacional y a la emigración a muchos de ellos.

El pueblo se sitúa en una posición intermedia entre localidades vecinas con fuerte presencia de latifundios y dehesas y otras de predominio minifundista. Aún así, la mayor parte del término está integrada en algunos grandes patrimonios de más de 100 hectáreas, en manos de propietarios que casi siempre residen en el pueblo. La política local está dominada por algunos de estos propietarios, que se agrupan en dos facciones con ramificaciones y propiedades en pueblos vecinos, a las que los vecinos denominan los Olea y los Toranzo. La primera la encabeza Severino Olea, el único propietario del pueblo con más de 250 hectáreas, cuyos parientes poseen grandes explotaciones en pueblos vecinos, Castronuevo, Villárdiga... La segunda, casi un verdadero clan, es mucho más numerosa, constituyendo un entramado de núcleos familiares emparentados entre sí, con propiedades y vínculos de parentesco en buena parte de la comarca , Villalpando, Revellinos, Castronuevo... Unos y otros cuentan en el pueblo con sendas redes de patronazgo nutridas por medio de los arrendamientos de tierra, de los créditos, y mediante el control del acceso a determinados puestos juez, médico, veterinario, secretario municipal, alguacil, cartero..., y de la contratación de trabajadores.

Estos mecanismos les permiten alternarse en el poder local: Severino Olea ocupa la alcaldía entre 1909 y 1917 y la recupera en 1930. Los miembros del clan rival se turnan en el cargo: Daniel Toranzo Vecino, 1903-4 y 1906-9, sus cuñados Secundino González Toranzo, 1922-23 y Leónides García Toranzo, 1924-30 y el yerno de éste, Fernando Ruiz Toranzo, 1918-22, todos ellos propietarios de más de 100 hectáreas de tierra. El monopolio no se interrumpe cuando la alcaldía está ocupada por otros apellidos, que siempre corresponden a parientes o arrendatarios de unos y otros.

El ejercicio del poder local se complementa con el cultivo de relaciones con instancias superiores de poder. Severino Olea se vincula al liberalismo romanonista y amplía su marco de influencia al casarse su hermana con Osorio Pinilla, farmacéutico de Castronuevo y concesionario de la línea de autobuses Zamora-Villalpando cuyo hermano, el diputado provincial Bernardino Pinilla, introduce a ambos cuñados en la red de amigos políticos de sus antiguos compañeros de estudios, José Mª Cid y Ruiz-Zorrilla y Antonio Rodríguez Cid. Los Toranzo, pese a su extensa red de parentesco, no obtienen vínculos estables con los poderes provinciales, y desarrollan su trayectoria de alianzas políticas en contrapunto a la los Olea, entablando contactos ocasionales, sucesivamente, con conservadores, independientes agrarios, primorriveristas y con las redes de Alba, Galarza y el propio Cid.


Francisco Silvela

La predisposición a la violencia de los conflictos sociales en el campo, la falta de desarrollo de unos cauces modernos de comunicación y propaganda política convierte la disputa política en una lucha por el espacio público, acompañada de cierto grado de violencia, intimidatoria o demostrativa, incluso cuando no entran en juego intereses diferenciados de clase. Ya en plena Restauración, las formas de captación suelen trascender los mecanismos de la convicción ideológica para entrar en el terreno de la compra de votos, la coerción económica o laboral, e incluso la intimidación y el enfrentamiento físico entre los seguidores de los diferentes candidatos, movilizados por los caciques de uno y otro bando. Así, cuando el escaño correspondiente al distrito de Villalpando se disputa, en 1920 y 1922, entre el candidato liberal Teodoro Seebold, apoyado por los Olea y el independiente agrario Mariano Zapico, candidato de los Toranzo, abundan las denuncias mutuas de fraude y compra de votos
–“Al haber elecciones, aunque no le hiciera falta, Don Severino lo cogió [a mi hermano] con los criaos que tenía. (...) Me acuerdo yo de oír a mi padre, ‘todos los años tenían que haber elecciones pa que no faltara el trabajo’, porque habiendo elecciones, les daban trabajo pa que les votaran”
– y los testimonios de actos violentos y coacciones: “...algo había que en el mismo pueblo, por la ignorancia de los obreros, se pegaban”; “Se habla de algunos que pa que no votaran al partido o eso casi los encerraban pa que no fuesen a votar...”

Conflicto social y violencia política en el campo zamorano, de la II República al franquismo. Un estudio de caso: Cañizo 1931-1945. Autores: Eduardo Martín González. Localización: Studia Zamorensia, ISSN 0214-736X, Nº. 7, 2005 , págs. 77-131

Don Mariano Zapico en nombre propio ataca la validez de esa elección, atribuyendo la pérdida del acta a la gran compra de votos realizada por el triunfante, de la que solo se conocía en Villalpando su condición de acaudalado.
Protesta contra la actitud del gobernador de Zamora, que al serle hecha la denuncia de la compra de votos, se inhibió a favor del juez del distrito, sin tomar aquellas medidas preventivas necesarias para evitar el soborno.
Hace constar la existencia de un acta notarial en que se hace constar la compra de los censos con las cantidades recibidas. Solicita la información judicial y la anulación en su caso.
El ex ministro D. Luis Silvela, representando al triunfante, Sr. Sheebol, en su informe rechaza la acusaciones sostenidas por el derrotado. Niega la compra de votos y la eficacia de las actas notariales; pide un informe de validez, pues el Sr Sheeebol ostenta por derecho propio y por su arraigo la representación del distrito, donde goza de predicamento y es muy popular.
La defensa del Sr. Silvela produjo excelente impresión, y es fácil adivinar que el Informe del Supremo sea favorable al candidato triunfante señor Sheebol.



San Esteban del Molar, aunque desconocemos la fecha y los motivos, aceptó en reconocimiento que una calle de esta villa lleve el nombre Teodoro Seebold, en definitiva, apoyaría al candidato liberal vinculado al Conde de Romanones. La calle Teodoro Seebold, une la calle Oriente con la calle Ancha, una de las calles más emblemáticas al ubicarse en ella los edificios del poder político-civil y religioso.

San Esteban del Molar, apoya a Teodoro Seebold, en cosecuencia, las politicas del conde de Romanones, que representó el prototipo de político palaciego, maniobrero, de escasos escrúpulos y titular o valedor de poderosos intereses económicos. Gracias a ello y al cultivo de las influencias personales, su cacicazgo se extendió por varios lustros en la provincia de Guadalajara. Romanones fue elegido diputado de forma ininterrumpida desde 1886 hasta 1936, y amplió los beneficios de este control político incontestado a sus familiares más directos: sus hermanos Rodrigo, José y Gonzalo -fundador del Banco Español de Crédito- y sus hijos Carlos y Álvaro de Figueroa y Alonso-Martínez.


Álvaro de Figueroa y Torres
I conde de Romanones

Entre los avances sociales que su gobierno aprobó se puede citar que en 1901 incorporó los sueldos de los maestros al presupuesto estatal y que el 3 de abril de 1919 firmó el decreto llamado "de la jornada de ocho horas".

Aunque católico, Romanones se consideraba enemigo de la intransigencia religiosa y de la influencia del clero y fue muy contestado por la Iglesia y sus altas autoridades sobre todo tras la promulgación de la Ley de Matrimonio Civil cuando formaba parte del Gabinete de Montero Ríos de 1905, en la que no se obligaba a los que se casaban a declarar su religión. Reanudó las relaciones con el Vaticano pero continuó manteniéndose partidario de la separación entre Iglesia y Estado y aunque firmó acuerdos muy favorables con la Iglesia, era celoso partidario de que el poder religioso no pudiera influir sobre el poder civil en modo alguno a través de la llamada "Ley del candado" de 1910.



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