Martín Costilla - Palomar

Te Dejamos Solo. Romance de las Espigadoras
PALOMAR DE SAN ESTEBAN !!!


Herido palomar sobre el otero
que cuidas incansable la llanura,
el tiempo te ha robado la hermosura
y pronto ya serás un termitero.

Preciosa construcción de barro y cielo
que mueres aferrándote a la vida
hoy toda la ilusión tienes perdida
y lloras tu desgracia sin consuelo.

Palomas que os marcháis de nuestro suelo,
de esta vieja Castilla abandonada,
herida, denostada y humillada.

Volved a cobijaros bajo el cielo
cuando se muera el palomar herido
que no quiere la muerte del olvido.

Martín Costilla Barrero



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El Herido Palomar. Romance de las Espigadoras

TE DEJAMOS SOLO, San Esteban.




Ya no recorro tus calles
por sonrisas adornadas,
ahora habita la tristeza
pues están deshabitadas.


Aquellas casas de barro
que cobijaron MI GENTE
hoy descansan en la nada
porque la vida está ausente.

Tus casas antes morada
de personas que marcharon.
Por no poder malvivir:
se fueron, te abandonaron.

Más nunca fueron culpables
de tu penosa agonía,
pues a solas en la noche
lloraron tu lejanía.

Pueblos de TIERRA DE CAMPOS,

- Que los luceros velaron -,
hoy, se mueren entre adobes
hechos con sudor y llanto.

Se apagaron ya las risas
que en tus calles se escucharon:
sólo quedan los lamentos
de los viejos que quedaron.

El chirrido de tus puertas
me va desgarrando el alma.
¡Quién lubricará tus goznes
para que vuelva mi calma!

¡Cuando pasará la noche
que da paso a la alborada
y puedan abrir las puertas
que hace tiempo están cerradas!

Virtualmente, yo vivo
resignado tu agonía,
mas no quiero despertar
hasta que otra vez sonrías.

Martín Costilla


Martín Costilla Barrero



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El Herido Palomar. Te Dejamos Solo.
ROMANCE DE LAS ESPIGADORAS.


Espigadoras: ha llegado hasta mis noches
el recuerdo de vuestra ausencia.

Allá en mi "Tierra de Campos"
donde la sombra está ausente
están las espigadoras
soportando el sol ardiente.

Salen las espigadoras
cuando llega la alborada
guiadas por los luceros
hacia las tierras segadas.

Palomas multicolores
que picotean espigas
me parecéis a lo lejos
espigadoras, amigas.

Con su "fárdela" delante
-joyero lleno de argañas-,
la pañoleta en el hombro
-que antes protegió su cara-
y la pamela en la espalda
van regresando a sus casas.

Vienen las espigadoras
alegrando la mañana
con sus costales al hombro
llenos de espigas doradas.

Cada grupo va cantando
canciones de amor y siega
alegrando a los que en casa
esperan a los que llegan.

Estas flores sudorosas
típicas de nuestra tierra,
cuando llegan a sus lares
recobrarán la belleza.

No quedan ya espigadoras
en las tierras castellanas
que cuiden de los luceros
y adornen nuestras mañanas.

Martín Costilla


Martín Costilla Barrero
El Gavilan
delmolar@gmail.com



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