Memorias de Villalobos

Villalobos
Apuntes para su Historia
José Ignacio del Amo Lobo

"Cuando la gente destruye documentos, o tira fotos antiguas a la basura, no son conscientes del tesoro que están echando a perder, son testimonios de la historia que pueden servir a los investigadores dentro de siglos", explica José Ignacio del Amo Lobo con conocimiento de causa. Este profesor de Lengua jubilado lleva más de 15 años elaborando su genealogía e indagando en la historia del pueblo de sus antepasados, Villalobos. Tantos años buceando en los archivos han dado un fruto, el libro "Villalobos, apuntes para su historia"

José Ignacio del Amo comenzó su investigación con el objetivo de conocer la historia de su familia para poder transmitirla a sus hijos, que nacieron en Madrid y no conocen demasiado ni Villalobos ni Benavente, donde él creció. Consiguió completar su árbol genealógico hasta el siglo XVIII, y descubrió que más del 70 por ciento de sus antepasados eran naturales de Villalobos.

Por el camino, también fue descubriendo y almacenando documentos y datos sobre Villalobos que encontró en los ratos, muchos, que pasó en el Archivo Diocesano de Zamora, el Archivo Histórico Provincial, el de la Real Chancillería de Valladolid y muchos otros. "Llegó a ser tan grande el contingente de historia local que empecé a plantearme que era explosivo seguir con tantos datos por los cajones, y me dispuse a ordenarlos, ese es el origen del libro", explica el autor, quien se encargó de ordenar esas pilas de apuntes, armar un contexto nuevo para la obra y "volver a los archivos para rellenar huecos que se evidenciaban en una segunda lectura".

El Centro de Estudios Benaventanos "Ledo del Pozo” publica Villalobos, Apuntes para su Historia, una coedición con el ayuntamiento de dicha localidad. La obra consta de 280 páginas, con una tirada de 1000 ejemplares. El estudio analiza la evolución del municipio desde las primeras menciones documentales en la Alta Edad Media hasta la actualidad. Incluye también un apéndice documental y el repertorio de fuentes y bibliografía.


Presentación del alcalde

El Ayuntamiento de Villalobos, que tengo el honor de presidir, quiere que estas líneas sirvan como presentación de este trabajo realizado por José Ignacio del Amo Lobo que, aunque no nació aquí, siente con orgullo que sus antepasados pertenecieron a Villalobos y él mismo se siente como uno más entre nosotros.

Leyéndolo podemos comprobar los orígenes de nuestro pueblo, la importancia que en su tiempo tuvo, tanto dentro como fuera de España, pues algunos de nuestros antepasados tuvieron parte activa en la conquista de América. También podremos leer información sobre nuestros orígenes, pues gracias al trabajo realizado por José Ignacio: sus consultas en bibliotecas. Instalaciones regionales, municipales, y otras; al fin encontraremos información de muchos de nuestros antepasados, tanto de personas como de instituciones, y podremos comprobar la importancia que Villalobos siempre tuvo en esta comarca, a la que con orgullo podemos presumir de que pertenecemos.

Por todo ello quisiera en primer lugar agradecerle en nombre de esta corporación todos los esfuerzos para ver terminado este gran trabajo, y a la vez animar a todos a leerlo; pues tengo plena certeza que a todos nos gustara saber de dónde venimos y lo que ha sido nuestra historia durante siglos.

También queremos expresar nuestro agradecimiento al Centro de Estudio Benaventanos “Ledo del Poza” por todo su apoyo, gracias al cual podemos ver finalizado este trabajo. Y termino con un gracias a todos”.

Julio Gómez Fernández


¿Y por qué quieren estar
tan ciegos los avarientos
que pasen muchos tormentos
por lo que no han de gozar?
Tormentos en adquirir
y tormentos en guardarlo
y tormentos al morir,
ir al infierno y dejarlo.

Francisco López de Villalobos
Metro trigésimo tercero


Prólogo de la obra

Las historias locales constituyen un género historiográfico que no siempre ha gozado del favor de la crítica academicista. Injustamente denostadas frente a la Gran Historia y los estudios regionales, en la justificación de su marginación no falta la enumeración de toda una serie de prejuicios y tópicos achacables solamente a algunos casos muy puntuales. Este carácter de hermana pobre no ha excluido, sin embargo, su utilización habitual en todo tipo de trabajos de investigación, pues a la hora de fijar la trayectoria y pormenores de los pequeños núcleos de población sus aportaciones resultan insustituibles.
Como suele ocurrir en tantas ocasiones, el problema no es de las dimensiones del marco geográfico del proyecto de investigación, sino de la calidad misma del trabajo. Por la misma razón tampoco es de recibo cargar contra una historia local porque su autor no pertenezca al gremio de historiadores formado en universidades, sino por el planteamiento de su obra, la metodología empleada y su aportación al conocimiento histórico.
Historiar el municipio de Villalobos ha sido la tarea afrontada por José Ignacio del Amo Lobo. A ello ha dedicado, me consta, una paciente labor de largos años recopilando documentos y testimonios sobre este pequeño pueblo de la provincia de Zamora. El lector observará desde las primeras páginas que este libro está escrito desde la pasión y la fascinación por este pequeño pedazo de la Tierra de Campos. Ahora, en un gesto que le honra, ha querido hacer partícipes a todos sus paisanos de sus investigaciones, dejando traslucir en sus páginas sus experiencias personales y los recuerdos de toda una vida.
Pero el autor no sólo ofrece pasión en este libro, también plantea un discurso histórico riguroso y perfectamente documentado. Como socio del CEB “Ledo del Pozo” y colaborador habitual de la revista “Brigecio”, José Ignacio del Amo Lobo ya ha demostrado sobradamente su capacidad y solvencia para los estudios documentales y genealógicos. A ello hay que añadir sus aportaciones en otras publicaciones y en diversos blogs y páginas web.
Algunos elementos han jugado a favor de la feliz llegada a puerto de esta monografía. Villalobos ha gozado del beneficio de un importante legado documental, frente a otros núcleos medievales sumidos hoy casi totalmente en el olvido. Su privilegiada situación estratégica en este sector de la Tierra de Campos despertó desde sus orígenes el interés de las grandes instituciones eclesiásticas leonesas: la colegiata de San Isidoro, la Catedral de León, el monasterio de Sahagún, etc. Este rico repertorio documental se complementa con la colección de diplomas del monasterio de Santa Clara de Villabos, publicada en 1991 por el profesor Ángel Vaca Lorenzo.
A pesar de la proximidad a otros centros políticos importantes como Valderas, Castroverde, Benavente, Villalpando y Castrotorafe, Villaobos supo mantener su personalidad y no acabó siendo fagocitado por el empuje de estas emergentes villas. A ello contribuyó, sin duda, su carácter de solar y centro de operaciones de una de las más importantes familias nobiliarias: los Osorio-Villalobos. Buen exponente de este protagonismo es la concesión en 1173 por los hijos y sucesores del conde Osorio Martínez de un fuero a la villa, que a su vez remitía a la carta foral de Zamora. Del texto conservamos una versión romanceada, de tan sólo cuatro epígrafes, que contiene la particularidad de describir en su sello por primera vez las armas del linaje y de la propia villa: "el sello es un lobo pintado".
A pesar de este apasionante pasado Villalobos no ha sido inmune a los males de nuestro tiempo y como la mayoría de los pueblos zamoranos ha sufrido los estragos de la despoblación, el envejecimiento y la emigración. A mediados del siglo XIX el Diccionario de Madoz describía Villalobos como una villa de 310 casas, 236 vecinos, 944 almas, un convento de monjas clarisas, tres iglesias parroquiales (San Salvador, San Feliz y San Pedro), y una ermita a las afueras bajo la advocación de Nuestra Señora de Velilla. Hoy su vecindario apenas supera las 300 almas y gran parte de su patrimonio arquitectónico ha desaparecido. Pero quedan aún las huellas de su leyenda en su callejero, en su trazado urbano, en su fisonomía y en la toponimia. Como dejó escrito Justiniano Rodríguez Fernández en una certera apreciación: "ha llegado a nosotros, pese a su material decadencia, con lo signos visibles de su antigua dignidad, perpetuados en el lenguaje de la ruinas".
El Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” ha tenido desde su misma creación una vocación que traspasa lo puramente local y quiere ser un elemento dinamizador de la investigación y divulgación cultural de toda la comarca. Por ello, una de sus principales vías de actuación ha sido la colaboración con los municipios para promover los estudios locales. Fruto de esta política ha sido la edición de libros conjuntamente con diversos ayuntamientos, como los de Castroverde, Castrogonzalo, Tábara, Fuentes de Ropel, Santa Croya de Tera, Puebla de Sanabria, Santa Marta de Tera, Villalpando, San Pedro de Ceque, Villamandos, etc., a los que se une ahora esta Historia de Villalobos.
Queda por último felicitar, una vez más, al autor por su magnífico trabajo y agradecer la colaboración prestada por el Ayuntamiento de Villalobos, y en particular a su alcalde: Julio Gómez Fernández, para la edición del presente libro. Este agradecimiento también ha de ser extensivo, una vez más, al Ayuntamiento de Benavente y la Diputación de Zamora por su apoyo constante a todas las actividades que viene desarrollando nuestro Centro de Estudios desde hace años.

Rafael González Rodríguez
Presidente del CEB “Ledo del Pozo”



El libro está a la venta en el Ayuntamiento de Villalobos a 10,00 €. Si lo quieres recibir en casa lo enviamos por correo cargando los gastos de envío. Consultados los precios el resultado es el siguiente: ESPAÑA: 18 €, EUROPA: 26 € y AMERICA: 35 €


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