Navidad 2014




Queridos Amig@s,

Este año 2014 hemos tenido algunos cambios, hemos fijado objetivos y para alcanzarlos ha sido indispensable el esfuerzo de todos nuestros colaboradores. Estamos muy agradecidos por vuestro compromiso!

Deseo agradecer un año más de dedicación, desearles una Feliz Navidad, que nos llene de optimismo, que ilumine nuestras mentes, para seguir trabajando y aportando más allá de nuestros propios intereses en beneficio de todos.

La navidad, es una época de esperanza, un momento para dar gracias y para compartir con los que nos rodean, la expresión más genuina de solidaridad entre los seres humanos que debe llevarnos a un proceso de reflexión y compromiso para con el entorno social. Valores como la paz, la fraternidad, la justicia, el trabajo digno, el bien común y la reconciliación deben ser nuestros objetivos en el año nuevo.

A todos nuestros seguidores amigos y sus familias, personalmente les deseo unas Felices Fiestas, una Feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo 2015 lleno de éxito, que marque una visión, una esperanza, un futuro mejor para todos, y que el año que viene nos traiga Salud y Trabajo.

Con mis mejores deseos Felices Fiestas.

T.Palacios



  • Caía, mucha nieve. En todos los cuentos de Navidad cae mucha nieve. Era una familia pobre. Todas las familias que salen en los cuentos de Navidad son pobres. Nunca había nevado tanto como esta noche. Esta familia pobre era muy dichosa aquellas Navidades porque al papá le habían regalado un gabán de trabilla.
  • Celebraban la nochebuena como es costumbre en los hogares modestos. No sé si he dicho que esto que escribo es un cuento de Navidad. Los niños jóvenes de la casa acompañaban con golpes de sartén las bellas e ingenuas canciones de Navidad. Las canciones eran ingenuas.
  • Además, todos ellos comían turrón. También el papá y el hermano mayor...Todos, todos.
  • El papá prefería el Jijona; pero ¿qué más da? Cosas de más importancia se pasan por alto, ¿no les parece? Cuando más divertidos estaban sonaron en la puerta unos golpecitos. Todos se quedaron atónitos y se dijeron unos a otros: "¿Quién será?" Abrieron. ¿Quién de ellos? No importa, el caso es que abrieron. En el quicio de la puerta se hallaba apoyado un hombre pobre, mucho más pobre que la familia que ya conocen los lectores.


  • -¿Quién es usted y que desea?
  • -Voy a pasar un momento; denme ustedes una silla, y ya que estoy bien acomodado hablare. Parece mentira que ustedes me pregunten que quien soy. Ya debían de saberlo, ¡Señor mío! ¿No son ustedes los protagonistas de un cuento de Navidad? ¡Pues entonces!... Sin embargo, extremare mi benevolencia y les diré quien soy yo. Yo soy el pobre, muy pobre caminante sin hogar que, aterido de frio, ese tremendo frio de la nieve, viene a pedir un rinconcito y un poco de fuego para calentarse y perder el frio, ese tremendo frio de la nieve, que nos deja ateridos a todos los pobres, muy pobres caminantes sin hogar que salimos en todos los cuentos de Navidades.
  • -¡Ah! ¿Sí? Pues bueno: ¡Usted no sabe su obligación! Usted no debía de haberse sentado ya, para dar lugar a que nosotros, almas buenas, le dijéramos:
  • -Pase usted, buen hombre, y siéntese con nosotros, que no queremos que en estos días haya nadie que pase frio. En los demás días no nos importa; ¡pero en estos días de Navidades...! ¡Nada, nada, pues no faltaba más!
  • -Perdonen ustedes mi torpeza, pero es que es la primera vez que hago de pobre, muy pobre caminante, ¡la verdad!.


  • Al Año que viene, cuando vuelva cuando vuelva a pedirles cobijo, no pasare a sentarme hasta que ustedes hayan tenido ocasión de pronunciar esas bellas palabras.
  • -Si usted nos asegura eso, nosotros le perdonamos, y que no se hable más del asunto, que nosotros no somos rencorosos.
  • -Tome usted, buen hombre un poco de turrón -añadió el hermano mayor-. Es muy bueno. Nos ha costado a tres pesetas la libra, ¡no crea!
  • -Bueno, entonces lo tomare. Pero antes que se me olvide, recuérdenme que les cuente una cosa después.
  • -Sí; tome usted una copita.
  • -¿Es Oporto?
  • -No, Señor. Ese solo lo gastamos para las comidas.
  • -¿Pero no son ustedes una familia pobre?
  • -¡Ah, sí, caramba! Ya no me acordaba. ¡Lo que son las cosas!
  • -Diga usted, marquesa: ¿De quién es aquel retrato?
  • -De mi abuelo. En cada batalla perdió un brazo o una pierna.



  • -¿Estuvo en muchas batallas?
  • -En muchas. Creo que fueron veinticinco.
  • -De todas maneras, lo probare, y también tomare de esta bella anguilita que un señor que les debe algunos favores ha regalado a la niña menor, ¿no?
  • -Es usted muy perspicaz, y por ello vamos a obsequiarle también con una vaquita de mazapán y con un melón amarillo. Pero ahora cuéntenos usted lo que nos ha ofrecido.
  • -No puedo menos de hacerlo, muy agradecido a todo lo que ustedes hacen conmigo. Yo tenía un amigo pobre, muy pobre caminante, de cuento de Navidad. El pobre murió este verano; pero antes de su muerte me llamo a su lado y me hablo así: "Tu ya sabes que soy un pobre, muy pobre caminante. Tú eres muy buen amigo mío... Me muero... Te cedo mi puesto de pobre, muy pobre caminante de cuento de Navidad... Sigue mi norma. Haz lo que yo. Cuando voy a una casa condición de pobre, muy pobre caminante, y están comiendo turrón los niños, les hablo de que yo conocía a un niño que murió de una indigestión de turrón. Los niños, con esa prodigalidad humana, cuando una cosa molesta y no sirve, me regalaban todo el turrón. Así, yendo a muchas casas, luego ponía una tiendecita de turrones y podía hacer un bonito negocio. Sigue mi consejo...


  • Te dejo mi cargo de pobre, muy pobre caminante de cuento de Navidad." Y murió. Yo venía aquí decidido a seguir el consejo de mi pobre difunto amigo; pero después de lo bien que me han tratado ustedes no tengo valor para cometer esa villanía.
  • -¡Hombre!
  • -¡Villanía, sí; no quito una letra!
  • Quédense los niños contentos con sus chucherías.
  • -¡Gracias, muchas gracias, pobre caminante!
  • -Pero esto que hago no es bastante. Las cosas se hacen bien o no se hacen. Ahí va mi tarjetita y en ella mi dirección. Al Año que viene les espero a ustedes en mi casa. Acudan todos como pobres, muy pobres caminantes, en los días de Navidades, y yo sabré corresponder cumplidamente a las muchas atenciones que he recibido de esta simpática y pobre familia.
  • Y dando un beso en las mejillas de cada uno de los niños, desapareció en un periquete por la puertecita de aquella casa de familia pobre.







Con mis mejores deseos para el año 2015… JLVG



www.semanasantabenavente.com


  • La afición, con mucho de moda, cada año mayor, el árbol de navidad, va restando partidarios del tradicional y artístico nacimiento navideño. Y el alegre e ingenioso villancico, igualmente, se ha oscurecido, quedándose casi sin cantores grandes y chicos, en tanto se divulgan canciones de diverso y dudoso matiz religioso, que a veces linda con lo zarzuelero. En uno y otro caso, lo genuinamente español se ve acosado y empujado hacia un desplazamiento ya muy notorio.
  • El villancico recibe mayor daño y con prioridad. Hace ya algunos años que la costumbre de entonar esas antiguas coplas como celebración jubilosa en honor al Niño a decaído de tal modo, que los Belenes, por lo general, son silenciosos, excepción hecha de los que se instalan en los templos o en alguna exposición oficial.
  • Ahora, los padres no suelen enseñar a sus hijos aquellos villancicos que ellos aprendieron cuando eran niños, y así la tradición que da interrumpida, perdiéndose de un golpe, lamentablemente, con no poco de fe religiosa, mucho folklore.
  • En orden a dicho extremo, el investigador musicólogo transcribe cuanto encuentra.


  • Labor meritoria la de salvar olvidados villancicos, pasándolos al papel pautado, pero esto es solo una parte de lo que se necesita hacer, Urge que, por medio de la notación musical, se evite la desaparición de los que aún se conservan en la memoria de las personas viejas de cada lugar, cuando ya está en peligro de muerte la tradición oral que los transmitió de una a otra generación, la simpática costumbre de cantarlos en las tardes y noches de Navidad de toda la familia congregada ante el Nacimiento, bajo la autoridad paterna, grandes y chicos, y a las ordenes directoriales mas bien de la madre, que suele ser en estas las que mejor recuerdan los villancicos y los cantan con mayor devoción, habida cuenta que nada puede enternecer tanto de una madre como esa trascendental escena del nacimiento de Jesús, en el Portal de Belén, en la que dan consumo, entre tantas otras cosas sorprendentes y únicas por divinas: humildad y grandeza, lirismo y alegría, el milagro y la inexorable ley que rige los comienzos de la vida del hombre.
  • Antiguamente, en algunas regiones, los villancicos se cantaban y bailaban. Durante las Navidades, grupos de muchachos pedían el aguinaldo por las casas, acompañándose, en el canto y en el baile, con panderetas, una flauta, triangulo o cualquier otro instrumento de percusión, formando un bullicioso y sonoro conjunto.


Feliz Navidad 2014 y venturoso año nuevo 2015. E.P.
Blog Patrimonio Popular | Ramo leones de Navidad

  • La decadencia de los Belenes trajo consigo la de los villancicos en su doble forma de petición de aguinaldo y de grato pasatiempo familiar, quedando poco menos que olvidados y sin más lugares de resonancia que los al principio mencionados, o, anacrónicamente, en algún concierto o audición coral, donde si figuran es a título de curiosidad musical. Pero aquel profuso empleo que tuvieron para animar y dar realce a las fiestas de Nochebuena, Navidad y Reyes principalmente, ha desaparecido, y ello es de muy de lamentar.
  • Es de justicia reconocer la eficaz labor de difusión y de redescubrimiento, en ocasiones, de distintos colectivos, asociaciones y grupos de coros y danzas, están realizando en favor de los villancicos, con la esperanza de que sea el principio del florecimiento en el ambiente familiar navideño.
  • Necesita también el villancico una acción protectora de su pureza melódica y rítmica, y un poco depuradora en cuanto a su letra. Un arreglo desacertado puede dar lugar a la desvirtuarían fundamental.
  • Las coplas de ciertos villancicos sería conveniente espulgarlas de vocablos, que si antaño eran naturales y corrientes, hoy resultan ordinarios. Que el villancico vuelva a ocupar en las fiestas navideñas el lugar de honor que le corresponde es de indudable necesidad.
  • Toda preterición, olvido, decadencia, mestizaje o desuso de esa sencilla, pero graciosa, por lo espontanea, forma lirica religiosa del pueblo, revela, sin paliativo de ningún género, falta de aprecio hacia la tradición musical española, nacida en la entraña espiritual de la raza, y, como consecuencia, apartamiento de las esencias de la propia religión, que en la música tiene su mejor expresión y por la música llega mejor al fondo del alma.



Muchas gracias por seguir siendo una parte tan importante de nuestra estrella.
Feliz Navidad | www.interbenavente.es




















T Palacios - delmolar@gmail.com
¡Que la paz y la reconciliación permanezcan en nuestros corazones en esta Navidad
y en el Nuevo Año, a pesar de los tiempos que se viven! ...no dejen de soñar.


No hay comentarios :