Sueños, obstaculos y promesas.

Carta de Futuro
(14-Julio-2010)

La vida en esta tierra ha sido muy dura, hemos aprendido de nuestros padres a comprender esto, para después compartirlo, es complejo y lleno de matices, sea como fuere, siempre me he preguntado sobre cuál será la razón por la que en San Esteban nos sentimos siempre al principio de un largo camino de sueños, obstáculos y promesas.

Es curioso cómo va cambiando la percepción a lo largo de los años... en un principio impresionan la falta de cosas, la ausencia de sitios de esparcimiento o diversión, las estrecheces con las que ha vivido la gente… pasado un tiempo, uno se acostumbra a vivir en ese contexto y no sorprende, ni el polvo de las calles, ni la sensación de inacabado de las casas, o lo sencillo del día a día.

Vemos que todo pierde sentido cuando nos acercamos al pueblo, ni unos son los donantes de ayuda, ni los otros son los potencialmente receptores. Ni unos van, ni otros vienen.

Nosotros que tenemos tendencia a hacer unos fabulosos planes de objetivos, unas buenísimas estrategias de incorporación, unos buenos planes de acercamiento para acercarnos sin imposiciones ni paternalismos, nosotros que sabemos hacer todas esas cosas, hemos sido incapaces de actuar y dejado pasar el tiempo.

Todo esto no es posible sin la infraestructuras adecuadas hemos pasado de un pueblo al que acudíamos con frecuencia, a un pueblo con sus casas cerradas a cal y canto a la espera de un verano en el que llegan «cuatro forasteros». Benavente, engulló hace ya unos años, unos pocos habitantes.

Aunque los hijos del pueblo no lo han olvidado, San Esteban no esta tan lejos del abandono, la mayoría no hemos sabido conservar ni tan siquiera las viviendas en buen estado.

No hace tanto este pueblo con comercios, estanco, bar, mesón , salón y baile todos los fines de semana, al que se visitaba con relativa frecuencia con la disculpa por nuestros padres, ver o ayudar en muchas ocasiones a la familia en las tareas del campo y que atraía a nuestros hijos con la simple ilusión de subir a la era a trillar, ir a la bodega ò ir a vendimiar, ver los amigos... con el desarrollo rural, al desaparecer estas tareas, nos quedo como única diversión la bicicleta, otros municipios optaron por una simple piscina lo que mantuvo más o menos ese flujo, hizo que se conservaran más viviendas. Comenzamos a distanciar esas visitas, ni los unos ni los otros supieron verlo, dejamos de ir poco a poco al pueblo, principalmente por falta de lugares de esparcimiento.

En la distancia se valora más aquello que se ha dejado, la familia, los amigos, el trabajo, pero la añoranza de lo dejado no es un sentimiento negativo ni especialmente triste... arremanguemos el hombro para hacer posible que exista un mañana, que cuando digamos solidaridad sea una palabra real que se traduce en gestos reales y concretos en cada uno de nosotros, apostar por proyectos concretos que sean atractivos.

Si la semana de "el trillo" ha sido capaz de convocar a todo el pueblo, ahora toca arrimar el hombro y crear iniciativas que hagan atractivo visitar el municipio, el resto del verano e incluso el resto del año e intentar que los pocos vecinos que quedan no abandonen este municipio.

Debería ser tarea de todos difundir nuestra identidad, conectar con el entorno, estimular la implicación, mostrar nuestro pueblo a la comarca, al mundo con la participación y la cooperación que ha logrado "el trillo”, convirtiendo cada proyecto en un nuevo motor de desarrollo.

Nosotros hemos sido el problema, porque sin querer hemos hecho de la diferencia lo importante, estar presente en este pueblo, significa estar, sin importarnos quienes somos, de dónde venimos o que venimos a hacer, es ponernos todos juntos delante y aportar.

Para entender o mejor para no entender nada.

San Esteban un año más se presenta como un experimento de cultura social, como un espacio en el que evaluar nuevas formas de hacer cultura, de cultura como elemento de identidad y convencido de que el trabajo realizado, supone un beneficio, que va a tener a su disposición capacidad para avanzar, en línea con los criterios marcados convirtiéndose poco a poco en "el pueblo de los ciudadanos".

Parece extraño conmemorar de nuevo esta fiesta, igual que cuando hablamos de décadas pasadas y sucesos acaecidos. Al celebrar un año más esta semana con alegría en un marco socialmente relevante desviamos irresistiblemente nuestra atención a un futuro incierto. Una fiesta que no será igual en el futuro, pero que otros reconocerán nuestro esfuerzo, nuestra cultura nuestra historia, nuestra creatividad, esta ambición y confianza nos da fuerza y tenemos que estar orgullosos del camino andado.

Espero que todo este potencial continúe con la misma ambición y confianza, algunos dirán que esta ambición es irrealista, bueno sabemos bien que no puede ser de otro modo, demostrando un año más nuestra capacidad, acreditamos con ello nuestros valores es verdad que pecamos de orgullo, es una base de confianza los unos con los otros.

Uno de los primeros pasos es la difusión del mensaje, el pueblo se viste de fiesta un año más con un programa participativo y variado, con el que fomentar las tradiciones que nos identifican. Un programa marcado este año por la aparición y nueva Asociación Cultural, que entre sus actividades a organizado el I Concurso de Carteles y Relatos, el II Concurso de Foto Antigua y que entre las novedades que recoge la programación festiva hay que mencionar la I Concentración de Tunning.

Unas semanas antes comienzan los preparativos, se viven los días con impaciencia ante la inminente llegada el 16 de Agosto, que dará el pistoletazo de salida, con todo un batallón de actividades, tan solo hace falta salir a la calle y más concretamente a las escuelas para ver cómo la gente disfruta de las fiestas, el pueblo es el encargado de dar color y alegría con la ya tradicional camiseta, del mismo modo se repartirán los tradicionales pañuelos festivos a nuestros mayores.

Lo que más impresiona es la participación, esto es distinto de lo que podríamos haber imaginado hace unos cuantos años... es otro mundo, que remueve el corazón y las entrañas y a veces te genera rabia, por esos años perdidos.

Por ello sirva nuestro apoyo incondicional a esa fiesta o “semana cultural”.

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