Temprano, Don Eusebio

Temprano, Don Eusebio Temprano

Temprano a secas y con el don delante del nombre, don Eusebio Temprano, así era mencionado por la gente del pueblo y yo escuché siempre con mucha atención hablar de él, principalmente en la calle del Barrero.

Temprano era médico en ejercicio y un agricultor acomodado, casado con una mujer rica, «Beatriz», educada, culta y de familia aristocrática.

Era un médico amable, servicial, entregado y eficiente, Emilio podría valorar mejor que yo la medicina que practicaba Temprano.

Dirigía la agricultura con mucho interés, con gran esmero y destacaban las mulas muy bien cuidadas, les ponía legumbres y castañas en el pienso.

Un señor del pueblo, joven en aquella época, deseaba para sí las castañas del pienso, en aquellos tiempos de escasez que nos ha recordado Claudio varias veces y dijo la frase más expresiva y con mayor imaginación que se haya pronunciado en San Esteban:"Es mejor ser mula de Temprano que hijo de Manuel Vicente". Esta frase pronunciada en el Foro Social Mundial de Porto Alegre hubiera sido mejor consigna altermundista que la de Bernard Cassen, "Otro Mundo Mejor es Posible".

Temprano parece ser que tenía una fuerte personalidad, un carácter recio, con criterio y determinación; cuando se enfrentaba a las adversidades solía jurar hasta en arameo; pero con la gente era suave, amable, servicial y estaba siempre dispuesto para ayudar a todo el mundo.

Por lo que escuchaba hablar de Temprano, Claudio lo puede corregir o aclarar, creo que era de talante e ideología liberal, conservador en política y socialmente solidario. Claudio me ha comentado que Temprano era muy respetado y sirvió de ayuda a Jesús Rodríguez para impedir que se llevaran a los republicanos del pueblo, aunque Jesús Rodríguez en estas lides era un hombre cabal, valiente, solvente y completo.

Temprano como todo el mundo tenía sus luces y sus sombras, así es la condición humana y todos tenemos que cargar con las nuestras; pero la sombra o las sombras de Temprano no pueden oscurecer su luz tan luminosa que brillaba en San Esteban.

Yo recuerdo que Temprano tenía una lápida de mármol blanco y una cruz muy grande también de mármol blanco en el cementerio viejo, Claudio dice que falleció en el año 1.945, en la lápida ponía D. Eusebio Temprano.

Vaya este relato en recuerdo, reconocimiento, agradecimiento y afecto de Temprano, D. Eusebio Temprano.

Marcelo



El médico terrateniente, Don Eusebio Temprano Mayo

Fuentes de Ropel a D. Eusebio Temprano [† 1945], le rinde homenaje póstumo dedicándole una calle que llevará su nombre, calle que coincide con la carretera ZA-513 a Valdescorriel a su paso por el municipio.

En San Esteban no hubo asesinatos pero a seis kilómetros, en Fuentes de Ropel, los falangistas asesinaron a personas inocentes, honradas, cuyos familiares solo pedirían que fuesen enterrados dignamente. Si hubo en cambio víctimas de la Guerra Civil y Represaliados del Franquismo.

La Casa del Pueblo en San Esteban estaba junto a la casa de Nica [†]. Había personas con ideas republicanas y de izquierdas en el pueblo y que para salvar su vida se apuntaron voluntariamente a falange [no damos sus nombres para no molestar a sus familiares]. El hecho cierto es que Don Eusebio Temprano, médico del pueblo, persona influyente, tuvo un comportamiento dignísimo, con todos los vecinos del pueblo. Uno de tantos, mi abuelo al que un buen día se lo llevaron, al enterarse de lo sucedido D. Eusebio, pidió le prepararan la serré con su mejor caballo salió presto de noche a buscarlo regresando con él. Cuando los falangistas iban a sacar gente les hizo frente, les plantó cara, no dejo que se llevaran a nadie, […] - No han hecho nada, primero tendréis que llevarme a mí, […] . «En este pueblo todos somos de orden y católicos» - fueron sus palabras.

Al terminar la guerra el alcalde era el Sr. Jesús Rodríguez Diez que también tuvo un comportamiento digno y honorable, pues no delató a nadie por más que le presionaran las autoridades represoras.

D. Benedicto Herrero Malalana, Por Responsabilidades Políticas fue INCULPADO. El alcalde durante la república fue el joven, Benedicto al que como castigo se le impuso volver a colocar el crucifijo en el cementerio viejo, esto en procesión y delante de todo el pueblo. Salvó la vida, por la influencia de personas comprometidas que respondieron por él.

Este pueblo tuvo más suerte que otros, como Villafáfila [más de 20 personas asesinadas]. En cuanto a los muertos en el frente, al menos sabemos de tres, D. Nicanor Barrero, muerto en el Monte Naranco, D. Salustiano Prieto y otro cuyo nombre no recuerdo.

Hubo mutilados de guerra, amputación de una pierna D. Francisco Pozo. Amputación de dos dedos de una mano D. Pedro Rodríguez. Herida por metralla con pérdida de visión de un ojo D. Francisco Iglesias.

A los maestros se les consideraba responsables de haber inculcado en la sociedad y en las mentes juveniles el virus republicano. La depuración fue un empeño por eliminar cualquier resto de innovación pedagógica, laicismo y coeducación, puntales sobre los que el Estado Republicano había establecido el sistema educativo. La depuración alcanzó a docentes, alumnos, y libros de texto, aunque la intención fundamental de las nuevas autoridades se dirigió a la depuración del personal docente perteneciente a la II República. Debía seleccionarse muy bien a los encargados de la educación durante el régimen franquista, profesores de absoluta solvencia moral, católica y con adhesión al nuevo Estado.

El objetivo final era que nadie pudiese ejercer la docencia sin haber sido sometido previamente a un expediente de depuración, en el cual se tuvieran en cuenta actuaciones políticas, actitudes religiosas, entre otros aspectos. La totalidad de la vida de los docentes era sometida a intensos informes donde se investigan sus actuaciones públicas, profesionales, privadas. Ningún aspecto fue dejado de lado, podemos afirmar que los expedientes de depuración, son muestra del totalitarismo y el intenso control social practicado durante los primeros años de la dictadura franquista.

Expedientes de depuración de maestros nacionales, en San Esteban del Molar, dos. La maestra Dª Raimunda Jambrina Blanco, y el maestro D. Emiliano Diez García, DEPURADOS expedientes 1936-1942.

El maestro D. Emiliano Diez García, simpatizaba con el partido IR -Izquierda Republicana, de D. Manuel Azaña. Aunque era un católico ferviente esto no le evitó disgustos por temor a las represalias, como es sabido, se cebaron especialmente en los maestros muchos de ellos simpatizantes de la República.

El ministro de Instrucción Pública dignificó la profesión equiparando el sueldo de los maestros al de un capitán del ejército y de todos es sabido que las mejoras en el ámbito educativo fueron importantes.

El querer que se sepa la verdad no es volver al pasado, no es venganza ni ánimo de remover heridas, es saber la verdad de la historia. Perdón si, olvido no, para que no se vuelva a repetir. También los incontrolados de la república cometieron excesos, asesinatos y quemas de iglesias, pero nunca ordenados por sus superiores y menos consentidos por la autoridad sino a pesar de las medidas en contra que tomaron las autoridades republicanas. En cambio en el bando franquista era las mismas autoridades la que exigían y ordenaban los asesinatos. Esto asesinatos siguieron al acabar la guerra y el clero siempre miró hacia otro lado e incluso en algunos casos los aplaudió "se lo merecían, se lo merecían "- era la frase más usada.

El párroco del pueblo era D. Ezequiel Sánchez, † falleció el 18 de Julio del 36, el mismo día en que estalló el golpe de estado. No podemos, por tanto, juzgar su papel en ese momento histórico.

No hubo asesinatos de personas vecinos del pueblo pero sí que hubo asesinatos en el término municipal, concretamente en las cunetas de la carretera que va a Benavente. Cuerpos de personas asesinadas por los falangistas y que fueron enterradas en el cementerio viejo, el que está junto al silo. Uno de ellos llevaba una carta de despedida en el bolsillo de la chaqueta declarándose inocente y despidiéndose de sus familiares, era de un pueblo del Páramo de León. Estos asesinatos cumplían la orden del General Mola, que ordenaba exponer los cadáveres en sitios visibles para sembrar el pánico en el enemigo.

Por estos pobres desgraciados nadie rezó en la iglesia, sí se oró por Paco en todas las misas hasta el día de su muerte. Esperemos que no se vuelva a repetir. «Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla».

Y en 1957 Expediente Policial. - Dª Francisca Rodríguez Santiago, de San Esteban Molar con residencia en Zaragoza. Evacuada exiliada de España durante la guerra civil y repatriada posteriormente. Abandonó España por reclamar a sus hijas - Repatriada de Rusia.

«Vencieron porque les sobraba fuerza bruta pero no convencieron porque no les asistía la fuerza de la razón» (Unamuno)