Ya no recorro tus calles
por sonrisas adornadas,
ahora habita la tristeza
pues están deshabitadas.
Aquellas casas de barro
que cobijaron MI GENTE
hoy descansan en la nada
porque la vida está ausente.
Tus casas antes morada
de personas que marcharon.
Por no poder malvivir:
se fueron, te abandonaron.
Más nunca fueron culpables
de tu penosa agonía,
pues a solas en la noche
lloraron tu lejanía.
Pueblos de TIERRA DE CAMPOS,
- Que los luceros velaron -,
hoy, se mueren entre adobes
hechos con sudor y llanto.
Se apagaron ya las risas
que en tus calles se escucharon:
sólo quedan los lamentos
de los viejos que quedaron.
El chirrido de tus puertas
me va desgarrando el alma.
¡Quién lubricará tus goznes
para que vuelva mi calma!
¡Cuando pasará la noche
que da paso a la alborada
y puedan abrir las puertas
que hace tiempo están cerradas!
Virtualmente, yo vivo
resignado tu agonía,
mas no quiero despertar
hasta que otra vez sonrías.
