El Carretero

El Carretero, el Señor Fidel. "Jacinto y Luis"

¿Oficios Perdidos?

El carretero aquel artesano que dominaba el oficio de carpintero, ebanista y herrero. Trabajar la madera con aquellas rusticas herramientas no debía de ser sencillo, con aquel gran compás para redondear las ruedas, las gubias, sierras y torno hecho para tornear los cubos o mazas de las ruedas de aquellas obras de arte.

Carro mulas.
Carro mulas.

Lo mismo daba forma a un taburete que un arado romano, que trabajaban la fragua dándole forma al hierro, pero donde singularmente eran verdaderos artesanos era en la construcción y diseño del producto terminado, tanto de varas, como de lanza o viga.

Los planos estaban en la cabeza del maestro quien diseñaba el modelo, calculando la resistencia del vehículo a construir, las dimensiones y llevar a buen puerto el trabajo encargado.

Los carros construidos con perfección de detalles, eran los vehículos de transporte de nuestros abuelos, era complicado dar la cocción exacta a los cubos, calcular la longitud de las ruedas y de los aros, dilatar estos en una gran hoguera para su colocación exacta sobre la rueda.

Carro bueyes.
Carro bueyes
Carro bueyes.

La longitud de las varas o de la viga, definir el modelo de las barandillas, la forma y los dibujos de tapiales y tapialejas, la forma de la galga o el freno, al final del trabajo la recompensa una obra artesanal orgullo del carretero, de su dueño y envidia de todo el pueblo.

De viga o de bueyes, para las caballerías o de varas, de abrazadera como los más primitivos, las ruedas con su eje correspondiente, las clavijas, la caja o deshojado que va montado sobre el eje, los tentemozos, los cañizos y pernillas, la viga, la pértiga, las costanas, los verbiones con sus ranuras, una barra delante y otra detrás, las presas, los varales, los telerines, las costillas, la contrapernezuela y las pulseras y seguro algo olvidamos.

Aquella tablilla identificación obligada por el Ayuntamiento y supervisada por la Guardia Civil para poder circular.

Triangulo Impuesto Municipal de Rodaje.
Triangulo Impuesto Municipal de Rodaje.

El taller un lugar de encuentro de los hombres del pueblo en los largos y oscuros días de lluvia o mal tiempo. Allí se comentaban los acontecimientos del campo, los cotilleos, mientras miraban al maestro sacar punta a una reja, poner orejeras a un arado o ir dando forma al modelo del carro encargado.

Oficio artesanal, otra manera de vivir y que es verdadero arte por cuanto supone actos de creación donde el artista deposita toda la inventiva y la desarrolla en libertad, el maestro carretero de San Esteban lo fue el Sr. Fidel Martínez, que supo transmitir a sus hijos Jacinto y Luis tanto el oficio como la vocación.

Chapas identificativas, año pago de impuestos.
Chapas identificativas,
año pago de impuestos.

El paso del tiempo hizo que recordemos a ese carretero, gran artesano y que no podemos olvidar la importancia que tuvo en nuestro pueblo, con la mecanización de las tareas agrícolas el oficio poco a poco fue desapareciendo y tanto uno como otro tuvieron que ir adaptando sus talleres a los tiempos modernos, hoy son sus hijos Julio y Jacinto los que continúan la labor de sus ancestros, ambos se dedican de una u otra manera a la fabricación de maquinaria agrícola, remolques y carrocerías metálicas.

La técnica está basada, como en cualquier otro oficio artesano, fundamentalmente en la habilidad y el conocimiento de los materiales. Las herramientas eran muy elementales y su manejo sólo se puede conseguir con la práctica. Luis, sin entender demasiado de geometría y ecuaciones, obtenía de forma rápida las medidas que precisa de una circunferencia, así como las proporciones exactas de todas las partes para su perfecto encaje contando incluso con el factor de disminución por efecto del cocido y secado de algunas piezas.

El carro más robusto el de bueyes.
El carro más robusto el de bueyes.

Para un buen número de medidas emplean como unidad la pulgada y para el resto el metro.
Un día me explicó que para enradiar (poner los radios de las ruedas de los carros) tenían una fórmula matemática para ajustar perfectamente el aro de hierro a las pinazas de encina.

En cuanto a las maderas empleadas, son de cuatro clases que suponen otros tantos grados de dureza según la presión que hayan de soportar las distintas piezas: encina, álamo negro, fresno y pino. Los carros se encargaban sobre todo en el mes de marzo o abril y para el verano ya estaban terminados, aunque contando siempre con la variante de la acumulación de trabajo que, nunca fue escasa.

Carro una vara.
Carro una vara.

Como hemos dicho Luis, miraba desde todos los ángulos observando el mínimo detalle y corrigiendo lo que no le parecía correcto. Admitía las sugerencias y alabanzas que hacían de sus obras los contertulios que diariamente visitaban su taller. Cada trabajo era para él una creación genuina y original en la que ponía su alma y su talento, revisando con inusitada paciencia cada pincelada, cada remate. Un artesano del más puro estilo.

Cada nuevo carro que sacaba Luis era expuesto en la parte de la Glorieta que se ve desde el circuito, de modo que a la salida de la misa del domingo los vecinos podían contemplar la nueva obra de arte y valorarla.

Carro dos varas con pernillas
Carro dos varas con pernillas
Carro dos varas con pernillas

Al descender la fabricación del carro, Luis el carretero, encontró su punto fuerte de ventas en Villafáfila. Los labradores de las familias más acomodadas de este pueblo, los Fidalgo. Los Botico, Los Moreno eran clientes suyos y hoy lo son de su hijo Julio para los que sigue haciendo encargos de maquinaria agrícola, última generación.

Luis el hermano mayor era reconocido por sí mismo y por los vecinos del pueblo como "El artista" y así lo manifestó grabándolo en algunos de sus primeros remolques. Quien no recuerda el de Quiquín literalmente con la reseña -Luis Martínez " El artista"-.

Luís cuidaba mucho el detalle y la perfección de la obra y no le importaba el tiempo empleado para ello. Miraba desde todos los ángulos su trabajo.

En aquellos tiempos se pintaba en los tableros de los carros una filigrana, un dibujo, un caballo, un toro, una dama...

Un vecino católico ferviente, un buen vecino, persona de contrastada honradez y fervoroso cumplidor de los sagrados preceptos, le hubo encargado hacer un carro nuevo, Luis entonces pregunto: -¿Qué le pintamos en el tablero a este señor?- su padre le respondió –Píntale un cura.- Y así fue. El tablero llevó siempre la imagen de un cura.

El otro artesano lo fue su hermano, Jacinto Martínez una persona representativa y emblemática de San Esteban del Molar, muy reconocido y considerado en muchos kilómetros a la redonda.

Jacinto ha sido un industrial revolucionario en el sentido literal de la palabra, se entiende por revolución el cambio de estructuras, que contribuyó al cambio o revolución de muchas explotaciones agropecuarias de la provincia de Zamora y Tierra de Campos.

Carro intermedio.
Carro intermedio.

Pasó de hacer buenos y útiles carros de labranza a la industria mecánica agropecuaria con una gama muy extensa y numerosa de remolques y diferente maquinaria industrial destinada a la agricultura y la ganadería.

Fue tan cualificado e importante comercial como buen maestro industrial: Jacinto era el colaborador necesario para que un señor se deshiciera de su carro o remolque viejo, le fuera bien valorado, y pudiera adquirir un remolque más grande, nuevo y moderno; al mismo tiempo, permitía que otro de una comarca distinta pudiera comprar un carro o remolque de segunda mano, después de dejarlo como nuevo, reparado con buena utilidad y duración.

Tartana
Tartana

A estos acuerdos comerciales Jacinto los definía como operaciones, una operación comercial, que más tarde pasó a ser una palabra más genérica en su trabajo empresarial.

El trabajo de Jacinto ha tenido siempre una buena relación calidad/precio: una maquinaria agropecuaria moderna con innovaciones técnicas, versátil, de calidad y duración; es competitivo en el precio porque traía grandes pedidos de materiales metálicos de la siderurgia del Norte de España, a esto se une el empeño y su capacidad de trabajo eficaz y desenvuelto.
Jacinto a la competencia solía calificarlos de ingenieros: ¿quién es ese ingeniero?, decía cuando le mencionaban a otro industrial en un trato, pensaba que el cliente ya había picado y la operación estaba hecha, muy seguro de su oferta.

El Gavilán