La Zamora de Paco Somoza

(19-9-2010)
Cada ciudad debería tener un Paco Somoza, arquitecto zamorano, restaurador, mantenedor y diseñador de medio casco urbano de una de las ciudades más interesantes de España: la Zamora de Doña Urraca.

Si así fuese, se evitarían barbaridades irremediables, atrocidades arquitectónicas que hacen irrecuperable la esencia de las cualidades, crímenes urbanísticos justificados en nombre de determinado progreso que no le gusta a nadie. Todo lo que ha tocado Somoza en Zamora ha sido para devolverle el sobrio esplendor castellano que se gasta la ciudad del Duero, para hacer arquitectura mayúscula sin necesidad de convertirse solo en arqueólogo y para apostar por innovaciones equilibradas sin necesidad de querer pasar a la historia merced a cualquier bodrio. De un viejo convento transmutado a alcoholera ha construido un hotel -Palacio del Duero- en el que, entre otras originalidades, puede contemplarse la interpretación que once grafiteros han realizado de Las Meninas; alguna de ellas, más que estimable.


Del viejo castillo medieval que linda con la catedral y que fue cárcel y escuela ha recuperado su trazo histórico, su significado, toda su grandiosidad y ha dispuesto un sistema de pasarelas que permite ver y entender cómo se las gastaban los zamoranos de la época.

El castillo de Doña Urraca, su foso, el puente, el muro, las torres, el patio de armas estaba oculto y derruido por el paso del tiempo y, en cambio, hoy es un espectacular centro de interpretación de la convulsa historia de aquellos siglos.

A Doña Urraca, sobria y cabal señora a decir de las crónicas, le tocó Zamora en el reparto de reinos a la muerte de su padre y la defendió con entereza del acoso de su hermano Sancho, que tuvo que ser un pinta de narices: desposeyó a sus hermanos de sus reinos después de cruentísimas batallas, pero con la zamorana no pudo; como es sabido, Bellido Dolfos se lo jamó de un lanzazo cuando el rey bajó del caballo a orinar.

Todo lo que ha tocado ha sido para hacer arquitectura mayúscula, para apostar por innovaciones equilibradas.


El castillo, medieval él, sito en una impresionante elevación natural, brinda una visión espectacular, parecida a la que tuvieron los soldados de la época y que les permitía defenderse con soltura tanto de los moros como del hermanito. A las puertas del castillo, Somoza impulsó la creación del museo que recoge la obra cedida a la ciudad del dibujante y escultor Baltasar Lobo, fallecido al poco de reencontrarse con su tierra tras años de vida y obra por el mundo.

Y como lo anterior, media ciudad.
Vas caminando por el espléndido casco histórico y sabes que una reedificación o una restauración es de Somoza porque es lo mejor del entorno. No falla. Y, además, ha elaborado un vino de Toro, Discolo, que está llamado a encabezar las guías de la mejor relación calidad-precio. Completito, como se ve.

Zamora bien vale un paseo, un vino en el Rincón de Antonio, cualquier plato de cuchara en Casa Mariano o un arroz zamorano en La Marina. Zamora bien vale apostarse en el arco de San Ildefonso para contemplar la noche del Miércoles Santo, entre el estremecimiento y el asombro, el paso de las Capas Pardas portando su Cristo del Amparo desde los bajos de Olivares, con la carraca, el farol de hierro forjado, el bombardino o el miserere final.

Zamora bien vale bien vale una visita con tal de encontrarse en sus calles con el incomparable Javier Hernández Tachenko, raza de la mejor radio, o con el alma inolvidable de mi hermano Vicente Diez, ido tan prematuramente. Pero, por encima de todo, si tienen la suerte de coincidir con Francisco Somoza, podrán pasear de su mano privilegiada por una de las más bellas ciudades de España. Aunque le haga una jugada escribiendo lo que sigue, búsquenlo: después de la reina que descansa en el panteón de los Reyes del imponente San Isidoro de León, es uno de los que más ha hecho por su ciudad. Ojalá otra que yo me sé hubiera tenido uno igual.
Arenas movedizas, por Carlos Herrera

Parque para adultos.

Adiós a toboganes

El día 29/01/2010, fue autorizado al Ayuntamiento de San Esteban del Molar por el Ministerio de Política Territorial con cargo al Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local el proyecto: CREACION DE PARQUE BIOSALUDABLE.

Se quiera o no, el envejecimiento del medio rural es una realidad que hay no sólo que asumir, sino que afrontar con decisión, por lo que dotar a los mayores de los núcleos rurales de servicios que mejoren su calidad de vida se ha convertido en una prioridad de nuestras instituciones.

Interesante servicio público de bienestar y salud para la tercera edad, al alcance de ayuntamientos, preocupadas por este amplio y delicado grupo de población. Un servicio público que permite sensibilizar el necesario cuidado estas personas, facilitar mejorar su calidad de vida, fomentar lugares de encuentro y diversión para todos y con ello ayudar a la conservación de zonas municipales.

Aplaudir el proyecto diseñado de manera que promueve y motiva a las personas a hacer ejercicio, jugar, comunicarse y divertirse a través de la mejora de la salud.

El circuito con ocho aparatos aporta una nueva filosofía de vida para nuestros mayores, de manera que puedan disfrutar de su tiempo de ocio con salud, entornos únicos para mantener el cuerpo y la mente en forma, columpio de pierna, pony, maquina de cintura, tumbona, ascensor, volante, andador, y la paloma, forman ya parte de nuestro paisaje, nuestro parque para adultos, ofreciendo un sitio propicio para el esparcimiento.

Para poder retardar el envejecimiento se recomienda, el ejercicio corporal continuo y la participación social. La soledad o poca participación y el sedentarismo o poca actividad física, son factores que aceleran el envejecimiento.

El parque cumple una función física, con ejercicio beneficioso para los mayores, una función social un lugar de encuentro y reunión, una excusa para salir de casa. El principal objetivo luchar contra el sedentarismo y la soledad y que esta zona se convierta en otro lugar de encuentro.

Con un presupuesto de 15.615 Euros, San Esteban sube al tren de la "cinesiterapia" (la rama de la fisioterapia que consiste en la prevención o tratamiento de enfermedades a través del agente físico del movimiento) para mayores. Suena mejor cinesiterapia o kinesioterapia que parque biosaludable o geriátrico. Pero la realidad es que cada vez aparecen mas espacios al aire libre dedicados a la población en edad adulta, en contrapartida de antiguos toboganes, vacíos en la mayoria de lugares en los que aún perduran y que se han trasladado en nuestro pueblo al parque del Barrero, de manera acertada no diciendo adios y recuperandolos del abandono.

La localización es importante, accesible para nuestros mayores. Una iniciativa, para permitir a las personas realizar sus actividades diarias, concienciar a la población de la necesidad de llevar a cabo una rutina de ejercicio físico, en un lugar ideal, ya que cuanto mayor se es, mayor es la necesidad de hacer ejercicio, adquirir fuerza muscular y equilibrar las funciones respiratoria y cardiovascular.

  • Columpio de Pierna
    Columpio de Pierna
  • Pony
    Pony
  • Maquina de Cintura
    Maquina de Cintura
  • La Tumbona
    La Tumbona
  • El Ascensor
    El Ascensor
  • El Volante
    El Volante
  • Andador
    Andador
  • Toboganes
    Toboganes


El circuito exige del trabajo físico de todas las partes del cuerpo y de capacidades como el equilibrio, la coordinación, la fuerza, la elasticidad, la movilidad y agilidad e incluso sirve para tratar dolencias y lesiones concretas, pero lo realmente novedoso no es el concepto de parque de ejercicios, sino la adecuación de las máquinas, a las que antes sólo se podía acceder en gimnasios cerrados o clínicas de rehabilitación, para su uso al aire libre.

Columpio de Pierna: Aumenta la potencia de la pierna, que se usan para impulsar de forma suave el propio peso del usuario.
El Pony: Refuerzo de la actividad cardiaca y respiratoria, ayudando al desarrollo de la musculatura intercostal, cadera, abdomen y espalda. Muy bueno para la recuperación articular en muñeca, codo y rodilla.
Maquina de Cintura: Este aparato con tres puntos de uso mejora la movilidad de la cintura con movimientos rotativos.
La Tumbona: Desarrollo y fortalecimiento de la región lumbar y abdominal, reducción de cúmulos de grasa abdominales; especialmente indicado para bodybuilding.
El Ascensor: Aparato para ejercitar brazo teniendo como contrapeso a la propia persona, aunque el sistema del aparato disminuye enormemente el peso a elevar. Refuerzo de las extremidades superiores, hombros y espalda, y mejora de la flexibilidad, agilidad y coordinación de las articulaciones de hombros y codo. Muy útil para corregir y mejorar la atrofia muscular, el codo de tenista etc.
El Volante ó Rueda: Aparato que mejora y aumenta la movilidad articular de los brazos, refuerza la musculatura de miembros superiores, así como la flexibilidad y agilidad de las articulaciones del hombro.
Andador: Fortalece las funciones cardiaca y pulmonar. Desarrolla la musculatura de piernas y caderas. Mejora la flexibilidad, coordinación y estabilidad de los miembros inferiores.
La Paloma: Fortalecimiento musculaturas de miembros superiores, hombros, espalda. Favorece hombros, muñecas y dedos.

Se cubren muchas de las demandas que la tercera edad en nuestro país reclama, para poder cubrir las necesidades y aportar los beneficios que de ellos se pueden obtener.

Las actividades físicas que se pueden realizar en las citadas instalaciones responden a las principales deficiencias que con la edad van apareciendo,y el diseño de los distintos elementos que conforman estos circuitos aportan, a este sector de nuestra sociedad, unos determinados beneficios que van a ayudar a tener una mejor calidad de vida. Entre ellos destaca el retraso de la pérdida de masa muscular junto con la limitación de la movilidad articular de miembros superiores e inferiores. Asimismo se puede trabajar la coordinación, velocidad, y sobretodo aportar mejoras en las funciones cognitivas, sensorial y motriz siempre dentro de un entorno que potencia la interacción social entre los usuarios.

Estamos asistiendo, sin duda alguna, a un crecimiento masivo en la instalación de parques geriátricos o circuitos biosaludables en nuestras ciudades o municipios desde la primera instalación a finales del 2005.

Se echa de menos en estas instalaciones la figura de una persona encargada del seguimiento y ayuda a través de los distintos aparatos, ya que los carteles informativos no aportan toda la información necesaria teniendo en cuenta que se trata de usuarios que raramente han realizado un trabajo de este tipo a lo largo de su vida. Además, al estar indicados para personas de más de 60 años, y que en la mayoría de los aparatos se trabaja con el peso del propio usuario, la técnica de ejecución resulta vital si queremos evitar cualquier tipo de lesión.

Asimismo el vacío existente en el marco de la seguridad exige que se elabore un conjunto de normas que establezcan unas directrices, no sólo con respecto al área de seguridad, sino con el mantenimiento e inspección del equipamiento, y que con la ayuda de los respectivos especialistas en actividad física y deporte se evolucione hacia un diseño que cubra todos los beneficios que potencialmente pueden llegar a aportar estas instalaciones.



Picalias

Teodosio

La presente memoria de mi tío Teodosio se la dedico a mi prima Pili, la hija de Lile, en el día de su cumple y le deseo que tenga muchas alegrías.

Me preocupa hacer esta memoria porque el personaje por mi descrito puede quedar devaluado frente a la persona que existió. Además Picalías tenía narrador propio, Felipe Rodríguez, al que yo sinceramente no puedo igualar es cierto que Felipe tenía la ventaja de haber pasado la guerra junto a él, al que llegó a narrar en su presencia, pero también es verdad que Felipe tenía buena locución y entraba a formar parte en los repartos de las obras de teatro que se representaban en el pueblo, particularmente el Don Juan Tenorio.

Picalías era una persona original, genuina y única; dotado de una inteligencia natural fuera y por encima de lo común, muy intuitivo y un "viva la virgen"[como se solía decir].

Picalías y Clotilde formaban un buen tándem, era la pareja que mejor bailaba en el pueblo y siempre eran aclamados en la fiesta de Las Candelas. En aquella época mi madre me decía que para aprender a bailar me fijara en mi tío Teodosio. Los mejores alumnos fueron su hija Durina y Miguel a quienes se hacía corro en la fiesta y los músicos repetían la pieza por el interés que despertaban. Teodoro vitoreaba a Miguel desde lejos:
- ¡Olé ahí Geñito, cómo se estira Geñito!

Picalías, que cantaba bien, era único en crear estrofas ingeniosas con buena rima cuando cantaban los pajaritos a los novios en las bodas ,antes de la invitación al refresco.

Picalías, como su hermano Jesús, tenía cualificación profesional porque eran electricistas. No fue sólo electricista, también fue agente comercial y ofrecía servicio técnico. Al subir de la Soledad, a la derecha, había una tienda de componentes eléctricos, electrónicos y electrodomésticos que se llamaba Electrón; el dueño se llamaba Amor y su mujer Felicidad. Picalías era el agente comercial o intermediario de Electrón -así llamaban también al dueño- y lo hacía a la perfección: a Electrón le decía que sacara todo lo que pudiera, al comprador que no diera todo lo que pidiera; una vez juntos y para evitar compromisos o inconvenientes les decía que se arreglaran y se iba. No tardaba en volver con otro cliente, porque los jueves había mucha gente de los pueblos en Benavente, y los presentaba diciendo que Electrón era una persona formal y el comprador buen pagador a veces ofrecían poder llevar el electrodoméstico a casa a prueba y Picalías se encargaba de hacer la instalación necesaria poniendo todo a punto. Electrón tenía muy buenas ganancias y ofrecía una comisión muy pequeña, pero Picalías se las arregló para sacarle una lavadora, la primera que entró en el pueblo, bien ganada de otra parte por Clotilde que también lavaba ropa de alguna otra casa. La relación entre Electrón y Picalías duró siempre porque las uniones por interés difícilmente se pueden romper.

Diego García haciendo de la necesidad una virtud tuvo el buen criterio de nombrar alguacil a Picalías porque lo necesitaba y sabía que lo haría muy bien. Gregorio Costilla aficionado a la broma socarrona, dar guerra como se decía, le dijo a Picalías que no tenía mucha escuela y no sabía mucho de cuentas para ser aguacil, a lo que le respondió que sabía juntar los números y las letras.

El secretario era tranquilo, tímido y callado; Picalías era muy movido, echado para adelante y dicharachero; personas difíciles para congeniar y no fáciles de armonizar. Cuando no estaba el alcalde no se sabía quién mandaba en el ayuntamiento, era como el niño que saca al perro y no se sabe quien tira de quien. Lo que había que hacer lo determinaba el alcalde y el secretario, pero el cómo se hacía lo decidía Picalías.

La mayor gresca se produjo cuando Picalías exigió un anticipo o entrega a cuenta para ir al día siguiente, jueves, a Benavente Picalías decía que el secretario era un mentiroso y el secretario que Picalías no decía una verdad. El secretario decía que ya le había entregado un anticipo y un préstamo y no le iba a dar más. Picalías le lanzó algunos insultos desde la calle, uno de ellos inédito que podía cohibir más al secretario y dijo que iba a intervenir el alcalde. Gregorio Costilla desde la atalaya de su casa contemplaba la situación y al pasar Picalías le preguntó cuál era ese insulto desconocido, a lo que respondió que era para los que tenían mucha escuela. Teodosio no se puede andar escarbando en el ayuntamiento, dijo Gregorio Costilla y respondió Picalías:
- Grillo, si te mueres cuando te entierre te vas a joder tampoco vas a poder escarbar.

Llegó Picalías a casa del alcalde, le dijo que había un asunto del Gobernador y volvieron los dos al ayuntamiento. Diego se dio cuenta que estaba entre uno y otro, como buen diplomático dijo al secretario que le entregara la mitad de lo que había pedido.

Picalías fue muy buen aguacil, el que mejor leía los pregones porque los recitaba de memoria y tocaba el tamboril a la perfección con dos palillos haciendo buenísimos redobles que aprendió el solo por ensayo, repetición e intuición. Fue muy fiel a quien le nombró, los bandos tenían un carácter formal empezando “por orden del señor alcalde se hace saber “y terminaban “el alcalde, Diego García”, así en todas las calles y sabíamos que el alcalde era y seguía siendo Diego García, no como en algunas repúblicas latinoamericanas que podía haber un presidente por la mañana y otro bien distinto después del mediodía.

Picalías no era una persona descuidada y distraída, pero una vez al cruzar la carretera le atropelló un coche, aún así no le faltaron reflejos para tomar impulso y quedar sobre el capó, aunque no pudo evitar caer por un lado haciéndose daño en la cabeza, un brazo y una pierna; fue ingresado en una clínica de Benavente, no tuvo fracturas y le dieron algunos puntos de sutura. En la clínica pidió un vasito de vino con la cena porque apreciaba y amaba el vino de su tierra, le dijeron que los enfermos no podían tomar vino, pero lo reclamó con éxito y lo consiguió diciendo que él sólo era un accidentado sin fracturas. Al día siguiente le dijeron que tenía que permanecer allí en observación y le entregaron una factura pro forma para que la firmara, entonces respondió:
- Dejen ahí esos papeles porque no he traído las gafas, ustedes me quieren observar a mi pero yo ya les tengo bien observados a ustedes, así que me voy a marchar.
- Cómo se va a ir ,señor Teodosio, le dijo la supervisora.
- Por ese pasillo, respondio.
- Entonces no se irá delante de mí, dijo la supervisora y él contestó:
- No necesito que me acompañe.

En aquella época los impagados por asistencia médica eran asumidos por el Ministerio de Sanidad.

Marcelo Rodríguez


"Mías" - Jeremías Labra

Jeremías Labra «Mías»

Unas memorias, recuerdo o relato del pueblo de San Esteban tienen que incluir forzosamente a Mías, que dio mucha vida al pueblo y ahora seguirá haciendo, lo mismo con la gente de la partida.

Mías era conocido fuera del pueblo mucho antes de tener el bar, incluso de joven porque destacó en muchas cosas según se decía. Fue un buen ciclista y se ofrecía a realizar cualquier recado, como ir a Cerecinos a avisar al veterinario, o recibir un encargo para ir a Benavente.

Cuando se iba a la Comarcal a llevar el trigo subía con los sacos por los tablones hasta lo más alto.

Creo que estaba en la mili cuando la tragedia de Ribadelago, me parece que fue cabo y recibía a los reclutas -algunos del pueblo como Tarsicio- y los acompañaba a los distintos destinos.

Fue sacristán de don Primitivo y le acompañaba en la misa cantada desde el coro. Mías podía cantar la misa entera: el Kirie, el Gloria, el Sanctus, el Agnus Dei, etc.

Fue un buen jugador de pelota y se ponía en el medio cuando era él quien sacaba, si sacaba otro se ponía a la izquierda.

Teodoro le animaba mucho: - Mías hay balcón o no hay balcón. Así le decía, para que mandara la pelota a la raya de abajo, contra la pared.

Mías y Transí nos atendieron muy bien en el bar y nos aguantaron todos los caprichos, antojos y humoradas. Era muy fácil pagar en el bar, sólo teníamos que decir, apunta -"apunta Mías"- y quedaba el asunto resuelto hasta la semana siguiente o el mes próximo.

A Mías no le gustaban las voces malsonantes, alborotos y enfrentamientos si esto ocurría alguna vez, se acercaba y decía: - No quiero discrepancias. La gente hacía silencio para observar lo que pasaba y los del enfrentamiento se callaban.

Un cliente le dijo una vez a Mías que la copa que le había servido no era de Terry, se la retiró con diplomacia y le volvió a poner la misma que se había llevado.
Entonces el cliente dijo: - Vaya esta sí es Terry.
Mías contestó: - Vosotros no entendéis ni de colores.

Cuando alguien hablaba de una manera muy redicha, o se mostraba muy entendido, Mías decía: - Lope de Vega.

Cuando alguien se explayaba y no concretaba, no llegaba a una conclusión razonable o por el contrario se le veía venir, Mías decía: - Al final, Lope de Vega.

Una vez llegó un señor de Extensión Agraria y dio una charla en el bar, parece ser que la tenía preparada de otra comarca y habló sobre el tratamiento de las plagas en los árboles frutales. Mías le interrumpió diciendo que en el pueblo no hay peras ni cermeños. Uno del público le mandó callar diciendo que el señor se expresaba muy bien. Entonces Mías le dijo que sería mejor que hablara de los majuelos.

Su paciencia era infinita, sobre todo a la hora de cerrar el bar.

En las partidas de giley los que iban perdiendo no tenían ganas de tomar nada y los que ganaban no les hacía mucha ilusión pagar las rondas: nadie se iba y nadie consumía. Mías decía: - A ver, qué hacéis que yo estoy a vender.

Había veces que no había partida pero la gente estaba de conversación y no se iba, entonces Mías decía: - "No os apovinéis, no os apovinéis que nos vamos".

Un fracaso muy claro de Mías fue como cazador, salía con el señor Teófilo y mi primo Elías Salvador. Una vez estaban acechando las palomas, Mías y Elías se habían descalzado para sacarse la arena y les sobrevoló un bando de palomas sin que dispararan un solo cartucho. Entonces se levantó el señor Teófilo que estaba apostado y les voceó desde lejos: - ¡Angelitos, qué hacéis angelitos¡

Mías siempre tuvo un sentido del humor excelente, mucha paciencia y facilidad para sacarle la gracia a cualquier cosa. Ante cualquier situación que surgía o se planteaba Mías la acompañaba con un verso, estrofa o estribillo de alguna canción; escuchándole se sabía de qué iba la cuestión, esto más que literario o poético ya era cinematográfico.

A veces había chavales hablando de ligues, apenas se les oía pero Mías tenía buen oído y se ponía a cantar: - ¡Quién le mandaba flores por primavera¡

Una estrofa muy socorrida para Mías que la empleaba con frecuencia ante las diferentes situaciones de sorpresa era: - ¡Manda rosas a Sandra, que se va de la ciudad, manda rosas a Sandra y tal vez se quedará¡

El sentido del humor y la paciencia ya indica un talante buenísimo, pero además Mías siempre tuvo el rostro amable y el corazón tierno: siempre muy sensible, cercano a todos y una persona muy sentida ante las circunstancias adversas de los demás.

Un abrazo a Mías, con todo el cariño que se merece: muchísimo. M. Rodríguez.