LA TRILLA

Tradiciones y Costumbres del Ayer.

La Trilla

La escasez de gente joven en núcleos rurales, especialmente en nuestra provincia, hace cada vez más difícil, el que estas tradiciones se transmitan de padres a hijos.

Es por ello que con la Fiesta del Trillo, vamos a mantener vivos estos trabajos. si no es así acabaremos perdiendo todo este patrimonio.

Aparte de cuidar y conservar nuestro entorno, debemos mantener siempre viva la cultura y tradiciones que hemos heredado.

carro Mulas y bueyes

Hacían el verano los “veraneros”, y que nada tienen que ver con los “veraneantes” de hoy o “forasteros” como los llamáis otros y eso solo en casa del que podía pagarlos, así se llamaban a los obreros agrícolas que trabajaban desde San Pedro, hasta la vendimia. Con contrato verbal. “Tantas pesetas... y mantenido”.

En los pueblos pobres como el nuestro, “los veraneantes” veníamos a ver a nuestras familias, y así ayudarles, a trillar, a limpiar y a guardar el grano, pues la gran mayoría no podían pagar veraneros.

arte de segar Segando a mano

Con el cereal maduro había que segar a mano y hacinar las mieses, apañar en gavillas y morenas, acarrear en plena noche, antes del amanecer. Así, el sol secaba pronto el rocío de las espigas.

Jolpa Segando jolpa

Preparando vencejos Atando vencejos

Tras la Jolpa atando las gavillas con los vencejos. Los vencejos estén hechos con centeno, al que se le quita el grano y se humedece para poder atar las gavillas sin que se rompa.

Preparando gavillas Gavilladora

Después de siega con hoz, vino la Jolpa, esta máquina es la "tatarabuela" de las actuales cosechadoras, tirada por las mulas, vuelta tras vuelta va segando y amontonando el trigo cortado en gavillas.

Gavilladora. La segadora atadora sustituyó a la Jolpa, esta máquina también segaba, pero además dejaba las gavillas atadas con cuerda.

Cargando Acarreo

Acarreando recogiendo las gavillas con los horcones y colocarlas encima del carro con maestría para no perderlas de vuelta a la era.

Espigadoras Acarreo

Las espigadoras recorren la tierra con el fin de recoger las espigas que han quedado en el suelo.

trillando era Esparciendo trigo Aventando

Las máquinas segadoras y aventadoras “limpiadoras” supusieron un adelanto y descanso importantes. Antes de su implantación había que aprovechar a la carrera el viento para limpiar con golpes de bieldo todo el grano posible.

Beldadora Recogiendo Esparciendo trigo

De vuelta a la era, Se descargan el carro, las gavillas y se desatan los vencejos esparciendo por toda la era el trigo

La trilla duraba mucha horas; sin interrupción durante toda la tarde, solo paraban a comer en la era y echar una mínima siesta a la sombra del carro.

Trilla Trillando

Si acaso algún muchacho ayudaba un poco llevando un rato las mulas al trote -sin abusar de la tralla-, y se podía así echar una mínima siesta.

Después de varias horas la trilla está completa la paja ya está molida y es amontonada en medio de la era con las escobas de brezo.

Ayudados con la beldadora y con los que han de girar la manivela, se va beldando el montón acumulado de paja y grano; por medio de cribas se va separando el trigo de la paja.

Trigo beldadora Beldadora Trilla completa

Terminada la trilla, amontonar la parva y, si daba tiempo, hacer un viaje y acarrear mies antes de cenar. Había que llevar, además, el ganado a beber agua y darle pienso y descanso. Como mucho se dormía entre cuatro y seis horas, y vuelta al acarreo.

Con el cereal ya en sacos o en el silo, se empacaba la paja y se barría la era, para no dejar ni un grano. Todo valía para pienso de gallinas.

En pueblos más prósperos antes de que llegaran las cosechadoras, tuvieron trilladora. En San Esteban, no recuerdo tuviera ninguna trilladora, ni los ricos, ni los pobres, que antes si había diferencias. La trilladora alivio el trabajo de la trilla pues lo que antes costaba horas y horas, ahora se hacía en la mitad de tiempo. Poor medio de una cinta transportadora se echaba el trigo en la tolva y por medio de cribas se separa el grano de la paja. Aunque en San Esteban, pasamos sin trilladora, hasta la llegada de la cosechadora, bien venidas las cosechadoras.



La Vendimia.

Si ya no se trilla, tampoco se vendimia. En todo el campo de San Esteban ya no quedan majuelos.

La vendimia era también labor muy cansada, si no por el esfuerzo sí por la duración -de sol a sol-, por el pringue de las uvas, el tener el lomo doblado tanto tiempo y los chaparrones que solían caer a las cuadrillas sin refugio cercano.

El otoño hacía el trabajo más llevadero, y las bromas ayudaban también. La “lagareta” era la más usual.

Se buscaba primero una cepa de “tintorro”, variedad de uva que tiñe muy bien; y sin más, por las bravas, se restregaba con unos cuantos racimos a la víctima, por la cara y demás zonas que tuviesen la piel al aire. Si alguien se resistía, peor para él o para ella.

En una sociedad tradicional y poco permisiva, la ocasión y la broma servían de disculpa para un disimulado y más o menos aceptado magreo, tendente a comprobar la morbidez de las opulencias de la moza. Más de una “lagareta” acabó en boda.




Por ellos...

Mi viejo y anciano amigo.

Cada día, sentado en el parque te veo mirando de frente cara a cara al silencio, sonriendo a la soledad de tu invierno, algo que no comprendo ni entiendo. Tú, mi viejo y anciano amigo me explicas:

- "Es bonito sentir muy dentro la vida, los años que te dan su calor y sabiduría, viéndola pasar cada mañana por fuera, veo a los jóvenes tener miedo a perderla, sin embargo yo la siento crecer dentro, día a día, cada vez con más fuerza".

Mi viejo, sabio y anciano amigo que por amor la vida has dado, libremente sin que nadie te lo pida como dueño que eres de la misma.

Ahora te llaman viejo y cansado ésos que criaste con tus manos, esos mismos por los que tanto diste a los que nada pediste y nada recibiste.

Cada día te veo sentado en el parque, con la mirada hacia ninguna parte, con la sonrisa limpia como de un niño, con la verdad del que ama por ser.

Con la sencillez... del que besa sin egoismo ni falso interés, con la libertad, la fuerza y la bondad del que todo lo da por sentirlo de verdad.

Me atrae tu forma de bien amar, ese rostro lleno de surcos fruto del esfuerzo diario y continuo, esa mirada limpia y clara de niño que se clava directa y sin prejuicio, esas manos arrugadas y amplias llenas de experiencia y tan sabias.

Otros buscan héroes en las pantallas el mío eres tú, mi viejo y anciano amigo.

Tú, que miras cara a cara al silencio, que me muestras cada mañana el camino sonriendo a la soledad de tu invierno, ahora si lo comprendo y entiendo, héroe es... aquel que es capaz de sonreír a su propia verdad.

©zulplata

* Poema dedicado a todos nuestros mayores, desde el respeto y admiración que siento por todos ellos. A esos que están sentados en un parque con la mirada hacia ninguna parte, les digo:.

Gracias por Existir