El Caballero de la Yegua Torda

El Caballero de la Yegua Torda: Jesusina

A la hora de la comida regresaban de la arada los labradores. Montados a lomos de sus mulas de andar cansino que al ver cercana el agua, apretaban el paso sedientas por llegar al pilón. Llegados a él luchaban por hacerse un hueco y beber ansiosamente.

Al lado del pilón un caño vertía un generoso chorro de agua al que acudían las mozas para llenar sus cántaros que desbordados dejaban que el agua sobrante fuera a parar al abrevadero.

Era este un lugar de breve reunión, de risas y comentarios jocosos.

Las que llenaban los cántaros vieron aparecer, de improviso, a un hombre de mediana edad, tez clara y cabello rubio que con su yegua corría al trote y adelantaba enérgica a los que venían despacio.
- ¡Apartad chicas! ¡Apartad! que viene... Jesusina

Dijo la moza más atrevida dando grandes voces.

Sorprendido el caballero, contrariado, y levemente herido en su dignidad respondió de forma airada a la moza:
-¿Por qué me llamas Jesusina? -Has de saber que tengo el nombre y el apellido más bonito y más importante: -Me llamo Jesús (como Jesucristo) y me apellido Salvador (como el Mesías).

Dicho esto, tiró del ramal de la yegua, dio un giro violento y mirando de frente a la moza soltó algún improperio. Y dijo en tono solemne, con voz clara y remarcando lentamente las palabras:
- "Yo soy hombre y muy hombre”.

A continuación haciendo una leve pausa añadió:
- Habrás de saber que tengo los huevos más gordos que los de tu padre.

- No vuelvas a llamarme con nombre de mujer.

Los presentes enmudecieron y los que desde la fragua escuchaban ociosos la disputa soltaron una sonora carcajada.


Parador Fernando II

«Benavente está bien situada
para el turismo por sus vías de comunicación»

El parador ha creado este año siete puestos fijos,
«y eso es importante para consolidar el empleo en la ciudad».

Pilar Iglesias Rodríguez
Subject: Benavente bien situada
Date: 22.11.09 - 01:25 -

Isabel Reguilón | Benavente

Pilar Iglesias asumió la Dirección del Parador Nacional de Turismo Fernando II de Benavente el pasado 1 de julio, una responsabilidad que le ha permitido volver a su tierra, ya que es natural del cercano San Esteban del Molar, después de ejercer varios años en Puebla de Sanabria y Zamora. La vuelta a la tierra le llega después de 23 años trabajando en la Red de Paradores, de manera que supone para ella un reto profesional y un retorno personal.

-¿El hecho de conocer Benavente convierte su nuevo destino en algo especial?
- Sí, Benavente es un destino que ya conocía, tanto por el hecho de proceder de San Esteban del Molar, como porque también tengo familia en la ciudad y estudié en el colegio San Vicente de Paúl.

-¿Era un destino buscado entonces?
-No, la verdad es que ha surgido casi de forma accidental. Sí que es cierto que en los últimos tiempos por mi situación personal pensé que era el destino que más me convenía y así lo comuniqué a la Dirección. Con paciencia al final las cosas se van colocando en su sitio.

-¿Se lo plantea como una estancia a largo plazo o no?
-No tengo ni idea. En nuestro caso no te lo puedes plantear así porque normalmente en esta casa las direcciones no suelen ser a largo plazo, solemos estar una media de entre tres a cinco años como máximo, el que está más de cinco años ya es una excepción, de manera que en lo que piensas es en aprovechar el tiempo.

-¿Cómo ha encontrado el Parador a su llegada y qué objetivos se propone desde su cargo?
-Creo que es un Parador con muchas posibilidades de poder seguir trabajando como lo ha venido haciendo hasta ahora, ser un poco también la figura que ayude a impulsar el turismo en esta zona, que cada vez es más conocida, afortunadamente. Cada vez las vías de comunicación van mejorando, lo que es importantísimo en este aspecto; Benavente está en un punto esencial en cuanto a comunicaciones y eso le beneficia mucho, aunque bien es cierto que este no es el mejor momento en este sentido.

-¿Cómo está afectando en concreto la crisis a su establecimiento?
-Sí que se está dejando notar, al menos en parte, pero también es cierto que seguimos manteniendo a nivel red muy buenos resultados en general.

«Benavente está bien situada para el turismo por sus vías de comunicación»
Pilar Iglesias, ante el Parador que dirige./I.R.

-El Fernando II está asumiendo la necesidad de reformas y eso plantea un posible cierre temporal, o al menos parcial de la actividad.
- Tenemos prevista la renovación de las habitaciones para el año 2011, programadas dentro del Plan Estratégico Anual que duraría hasta el 2012 y en Benavente no sabemos aún si se pueden asumir las obras compatibilizándolas con la actividad del Parador. Es algo en lo que aún no tenemos planes concretos, ni de presupuesto ni de obras. Hay una zona ampliada hace ocho años, en la que se sacrificó la zona destinada a garajes para construir nuevas habitaciones, que están prácticamente recién remodeladas y creemos que ahora con un pequeño lavado de cara bastaría, de manera que en estas no habría por qué cerrar. También existe la posibilidad de que mantengamos el área de restauración y no el de alojamiento mientras se produce la reforma del ala destinado a esta área. También está sobre la mesa la posibilidad de que una vez que se acometa esta reforma también se amplía a otros aspectos que es necesario renovar, como toda la red de aguas fecales y la recogida de aguas hasta el exterior del Parador. Estamos hablando de infraestructuras que se construyeron hace más de treinta años y que precisan de un arreglo.

-¿Qué tipo de turismo es el habitual en este establecimiento?
-Tenemos un poco de todo. El cliente de empresa es el más habitual durante la semana, porque hacen una reunión, un curso en el Parador o bien porque es un cliente de paso, dada la situación que tiene Benavente, en la conexión entre Galicia y Madrid y durante los fines de semana son clientes que hacen la escapada para visitar Castilla y León y que llegan aquí para ver las Lagunas de Villafáfila, practicar golf en Villarrín de Campos o visitar la Sierra de la Culebra, incluso Sanabria, que también recalan aquí. También son un atractivo las iglesias románicas de Benavente y el Hospital de la Piedad.

-¿Hacia qué tipo de usuario se tiene que dirigir para aumentar su cartera de clientes o es mejor pensar un poco en los clientes de todo tipo?
-Yo diría que muchos pocos hacen un mucho y en general se trata de trabajar con aquel tipo de cliente que suele llegar a los paradores. Bien es cierto que también tenemos mucho cliente fidelizado. Llevamos ya años con un programa de tarjeta de Amigos de Paradores que nos ha ido ayudando mucho a mantener un cliente fiel y que repite. De alguna manera les acaba cautivando.

-¿Es la cocina un medio esencial en la fidelización?
-Por supuesto. En ese sentido nos gusta ensalzar tanto los productos regionales como las recetas tradicionales y elaboradas con productos de la tierra. Es una de las políticas de los productos de la tierra.

-¿Ha aumentado la plantilla en los últimos años?
-Así es, en este último año han pasado a ser fijos en este Parador seis o siete trabajadores que hasta ahora o bien eran eventuales o bien trasladados de otro punto de la red, lo que tiene un significado importante también en lo que respecta a Benavente para consolidación del empleo porque aunque los que han logrado la plaza se desplacen a otro lugar se daría a otro. En Benavente contamos con una plantilla de entre 32 y 34 trabajadores en temporada baja que llegan a 38 en la alta, que dura casi todo el año, si tenemos en cuenta que es de mayo a octubre.

El Norte de Castilla. 22.11.09 - 01:25 - Isabel Reguilón | Benavente


El Gallo de Faraón

Faraón, el tío de Tatín.

En aquellos años del estraperlo, del miedo, de una, grande, y libre, la comida era valorada casi como algo sagrado. La fiesta se asociaba al buen comer, bailar, beber.

Las víctimas de esta ruptura con la monotonía eran los gallos de corral que eran inmolados para el disfrute de los invitados y la alegría de todos. Faraón, hombre apasionado de los placeres de Baco, que no discriminaba al blanco ni al tinto, y más apasionado aún por la buena mesa, contaba con ilusión los días que faltaban para la fiesta del Cristo con la sana intención de hacer un homenaje a su estómago.

Salió al corral, miró al gallo pedrés que orgulloso alzó el cuello, levantó con furia las alas soltando un sonoro «Ki ki ri kiiiiii» y se sintió el amo de la casa. Apostado en la puerta de salida, su amo pensó en la inminente ejecución sumarial que -similar a las que firmaba su admirado General- pesaba sobre el bello ejemplar. Lo miró desafiante y dijo en voz alta y semblante sereno,
-“Tú canta, canta que pasado mañana te hacemos el funeral” .

Y llegó el gran día - el día de « La Función ». María se levantó temprano y ayudada por su marido, cuchillo en mano dieron caza y posterior muerte al patriarca del gallinero.
- ¡Qué pena! con la bonito que era yo ya le había tomado cariño. Nos hemos quedado sin el gallo de casta. ¡Pobres gallinas sin semental!

Faraón, menos sentimental, tentó los muslos del ave y dijo:
- “Pon la lumbre, prepara la tartera grande de Pereruela, le tapas los ojos con arroz que con este bicho tenemos para los tres días”.
- ¡Menudo mano a mano que nos vamos a pegar!
- ¡Buen cuerpo me voy a poner!

Murmuraba relamiéndose a la vez que se daba leves palmadas en su prominente estómago. Dice el refrán castellano que “en casa del pobre las alegrías son cortas” y así sucedió pues quiso la suerte que el estado eufórico de Faraón se tornara en profunda melancolía porque su mujer le tenía reservada una sorpresa poco grata para él.

A mediodía llamaron a la puerta su hermana Petra y su sobrino Tatín que sudorosos por la caminata acudían a compartir la alegría como invitados. Salieron a recibirles y la mujer de Faraón les recibió dando muestras de contento. Su marido, contrariado, visiblemente enfadado, bajó la cabeza, frunció el ceño, saludándoles de forma fría y desdeñosa sin articular palabra. Llegada la hora de comer, apesadumbrado por el futuro reparto, nuestro comensal se acodó sobre la mesa-camilla, se situó en lugar preferente, arremangada la camisa, y esperando ansioso y apesadumbrado el mejor reparto posible.

Agarró la tartera con ambas manos atrayéndola hacia sí con energía, «escocoteó» las mejores tajadas, la tornó a su lugar y alzando la cabeza miró a su cuñada con semblante adusto, sin poder contenerse y dijo:
- ¿A qué viene una casada a una función?
Acompañando sus palabras con movimientos de mano dirigidos a la boca, - ¡mau! ¡mau!

La pobre cuñada no sabía qué hacer pero su hermana, para distender el ambiente le animaba...
- Tu come, come! , y Faraón...
- Eso, eso ¡anímala tu también!

Tato, bueno por naturaleza, nunca tuvo en cuenta estos detalles de descortesía, recordando con cariño y buscando el lado jocoso de su tío.

Para la persona que mejor trató y quiso a Tatín.
Para el que más sabe del que puso en práctica la Desamortización de material agrícola.
Para el que mejor conoce de forma oral al que inventó la Desamortización de material agrícola.


Jesús Salvador - "Jesusina".

Jesús Salvador: Una persona digna.

Jesús Salvador, el hermano de Luis y Yeya, tuvo más inteligencia que escuela; fue trabajador, enérgico y desenvuelto, con más capacidad de trabajo que las posibilidades que se le ofrecieron; con más iniciativa que la que se necesitaba en aquel momento.

Desde muy joven decidió ser autónomo, compró una yegua, mandó hacer un carro y se dedicó a llevar paja para unas lecherías de Benavente, de vuelta traía fruta, plátanos mayormente y tuvo con su hermana un pequeño comercio.

Jesús era alto, rubio y muy bien parecido, pero por ser una persona suave y de voz dulce le pusieron Jesusina; se le dio la contradicción de tener que recordar a alguno, que así le llamó, que sus atributos eran mayores que los suyos; y cuando se lo dijo alguna mujer, se comparaba con el marido o el padre, considerando igualmente que los suyos eran superiores.

Es curioso como trataba la sociedad a estas personas tan cargadas de dignidad. Un predicador que fue a San Esteban criticaba más que Savonarola los comportamientos “deshonestos” relacionados con el sexo. Jesús dijo a la puerta de la Iglesia:
-“Pero cómo se atreve este hombre a decir todo eso con lo que sabemos que hace él en Astorga y La Bañeza”.

Como persona honrada, digna inteligente y trabajadora hizo buenos negocios, como cuando compró una tierra en la carretera y la puso a nombre de un almacenista de Benavente para que no entrara en la concentración.

Tuvo el Mesón de la carretera, con su hermana Yeya y el molino de San Esteban.

A algún señor que por tener escasos medios rehusaba coger una habitación le fue ofrecida gratis, diciendo que ya se había acabado la época de dormir donde el ganado. El Mesón de Jesús y Yeya dio mucha vida al pueblo, buenas meriendas, algunos de Benavente se paraban para pedir callos; juegos de cartas y partidas de giley; centro de tertulia, encuentro de amistad y muchas anécdotas.

Marcelo Rodríguez.
Relato en memoria de Jesús, con todo el cariño que se merece.


El Catastro de San Esteban del Molar. 1751

El Catastro del Marqués de la Ensenada.

Trascurrían los primeros días del mes de diciembre del año 1751. Las fuertes heladas daban firmeza al barro de las calles e impedían adecentar las viñas. El frío hundía a los vecinos en sus viejos colchones de lana…. Por aquel entonces, en la villa ocurrieron unos hechos que a continuación se relatan:

Ya por sementera, corría el rumor que unos señores iban a llegar a la villa, antes de fin de año, para contarnos las mulas, las ovejas, las gallinas, etc., y de paso preguntar sobre las ganancias que los vecinos obtenían y los tributos que pagaban (diezmos, tercias, cientos, etc.).

Al principio se hacían bromas del tipo:
- ¡Matías! ¿Dónde vas a esconder la mula cuando vengan los del catastro?
- En la cuba, con tu suegro.

Entrado noviembre, comenzó a cambiar el semblante de los vecinos. Las autoridades locales recibieron una misiva de La Real Junta de Contribución Única, en la que se anunciaba la llegada a la villa, para el día 9 de diciembre, de Don Diego Felipe de Cifuentes, subdelegado encargado de realizar el INTERROGATORIO, de lo que luego se dio en llamar EL CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA. También se instaba a las autoridades a elegir una representación en la que figurasen todos los estamentos sociales de la localidad para responder a cuanto les fuere preguntado.

Faltó tiempo a José, el alcalde de la época, para poner al corriente a los vecinos y elegir a los representantes solicitados. La reunión fue numerosa, y entre los asistentes se encontraban: Baltasar Delgado, Francisco Quesada, Francisco Marbán, Manuel Barrero, José Martínez, Joaquín Iglesias, Cayetano Rodríguez, Lorenzo Gómez, Ana María Balladares, Gregorio de Labra, Francisco de Labra, José de Labra, Lupercio Alonso, Pedro Iglesias, Cayetano Lorenzo, Pedro Fernández, Blas Marbán, Santiago Rodríguez, José Valladares, Francisco Colmenares, Agustín Marbán, Francisco Remesal, Josefa Raposo, su marido Manuel de San Miguel, etc..

El alcalde tomo la palabra.
- Vamos a comenzar, que hace frió, ruego silencio por favor. Como es sabido por todos, el próximo día nueve de diciembre, se personará en nuestra villa un subdelegado para realizar el INTERROGATORIO del catastro. Se ha solicitado una representación ciudadana a fin de responder a un cuestionario de 40 preguntas de diversa índole.

Uno de los asistentes interrumpió el discurso.
- Pero vamos a ver, ¿para qué quieren saber tanto?

A lo que responde José:
- Según tengo entendido, el monarca Don Fernando (Fernando VI), ha encargado a su Secretario de Hacienda, Zenón Somodevilla (Marqués de la Ensenada), unificar en un solo tributo (renta única) las contadurías de las rentas provinciales (alcabalas, tercias reales, millones, etc.), a fin de simplificar su cobranza y reducir el número de recaudadores, que en cobro de honorarios, menguan sustancialmente los ingresos de las arcas reales. También se pretende crear un sistema impositivo mucho más justo y equitativo, en el que las clases privilegiadas, nobleza y clero, contribuyan de forma más notoria con los gastos del reino.

Dicho esto, Josefa Raposo carraspeó, pues no le hicieron mucha gracia las últimas palabras del alcalde (ese gesto, que en el ámbito en que se dio, podría tildarse de insignificante, auguraba la suerte que iba a tener la reforma emprendida en el resto del reino). Pero aun así, ofreció su vivienda para acoger al subdelegado y a su comitiva y realizar allí cuantas diligencias fuesen precisas.

Antes de dar por concluido el acto, se dio pasó a la elección de representantes. Como es de suponer, surgió la polémica en varias ocasiones, pero al final se decidió que fuesen:
Por el clero: Don Gregorio de Zotes, cura párroco de la villa.
Por el estado general: José Iglesias.
Por el estado noble: Francisco de Quesada.
El procurador síndico general: Baltasar Delgado.
Y por el pueblo llano: Francisco de Labra, Joaquín Iglesias, Pedro Fernández y Francisco Marbán.

Y a penas sin darse cuenta, llegó el día de Sta. Leocadia. Aún estaba la gente de facendera, para adecentando el pueblo, cuando un repique de campanas anunciaba la llegada de la comitiva. Desde lo alto del campanario se gritó:

- ¡Viene una calesa por Zarraquín!

Las fuerzas vivas y algún que otro curioso se encaminaron por la calle del Oriente al encuentro con los ilustres visitantes. Tras los pertinentes saludos se dirigieron hacia la casa de Doña Josefa para emprender la tarea encomendada. Se hicieron las correspondientes presentaciones, y la anfitriona mando pasar. Les guió hasta el salón de visitas, recargado en exceso y limpio como los chorros del oro. Destacaba en él, una mesa de maderas nobles de considerables dimensiones, rodeada de altas sillas tapizadas en tela color salmón. Un brasero de cisco, intentaba mitigar el frió que desprendían los muros de tapial estucado, y una lámpara de aceite, creadora de mil sombras extrañas, iluminaba el oscuro día de diciembre.

En ese escenario, se fueron acomodando los visitantes. Y sin más preámbulos, el escribano sacó sus útiles (pluma y tintero, un viejo crucifijo envuelto en fino paño, cuaderno de notas y las preguntas del interrogatorio) y comenzó a levantar acta de cuanto allí se dijo. Que fue esto:


9/12/1751 - RESPUESTAS GENERALES .

En la villa de San Esteban del Molar a nueve días del mes de diciembre de mil setecientos cincuenta y un años.

Estando en la casa de Josefa Raposo señalada para estas diligencias, comparecieron ante mí, el señor Don Diego Felipe de Cifuentes, subdelegado para esta operación, a fin de responder al tenor del interrogatorio de la letra A, que acompaña e esta diligencia: Don Gregorio de Zotes cura párroco de esta villa precedido recado de atención, José Iglesias alcalde ordinario único de esta villa por el estado General, Francisco Quesada por el estado Noble, Baltasar Delgado procurador síndico general; todos únicos individuos de justicia. Francisco de Labra, Joaquín Iglesias, Pedro Fernández y Francisco Marbán peritos nombrados por la autoridad de esta villa y Francisco Peláez vecino de la villa de San Pedro de la Tarce, y Lázaro Casquete vecino de ella, agrimensor nombrado. De todos los cuales, a excepción del párroco, el presente escribano, tomó y recibió juramento en forma de derecho; que lo hicieron por el nombre de Dios mío Señor y una señal de cruz en forma de derecho, so cargo de él ofrecieron decir verdad en cuanto les fuere preguntado y según su leal entender y saber para lo contenido en las preguntas del interrogatorio, reconocimiento y regulación de las medidas que comprende el término. Y a cada una de ellas dijeron lo siguiente:

1. “Cómo se llama la población.”
A la primera dijeron que esta población se llama villa de San Esteban del Molar.

2. “Si es de Realengo, o de Señorío; a quién pertenece, qué derechos percibe, y cuanto producen.”
A la segunda dijeron que el Señorío de ella pertenece a la Señora Marquesa de Astorga por cuya razón le pagan anualmente, sesenta y ocho reales de vellón de vasallaje.

3. “Qué territorio ocupa el término, cuanto de Levante a Poniente, y de Norte a Sur: y cuanto de circunferencia, por horas, y leguas: qué linderos o confrontaciones; y qué figura tiene, poniéndola al margen.”
La tercera pregunta dijeron que aunque el término de esta villa está contiguo y confina con el despoblado de Villanueva la Seca, por ser distinta y separada la paga de los impuestos sobre las heredades de él, aunque es de un mismo señorío, no le incluyen en esta declaración. Y que el término que a esta villa corresponde tiene de Oriente a Poniente seis mil novecientas ochenta y cuatro varas, de norte a sur cuatro mil quinientas y noventa. Y su circunferencia tiene veinte y una mil doscientas y cincuenta varas. Confronta al oriente del término con la raya de la villa de Villalobos, a el poniente con la raya de los lugares de Castropepe y despoblado de Villa Nueva de la Seca, al sur confronta con la raya del despoblado, al norte con la raya de Fuentes de Ropel y lugar de Castro Gonzalo y su figura es la del margen.

4. “Qué especies de tierra se hallan en el término; si de regadío, y de secano, distinguiendo si son de hortaliza, sembradura, viñas, pastos, bosques, matorrales, montes, y demás que pudieran haber, explicando si hay algunas que produzcan más de una cosecha al año, las que fructificaren solo una, y las que necesitan de un año de intermedio de descanso.”
A la cuarta dijeron que hay cinco especies de tierra, todas de secano, y son las siguientes: ferreñales (herreñales) que se siembran todos los años de centeno para forraje, y están cercados de una tapia de alto; tierras cebadales que se siembran y producen cada segundo año; tierras que se siembran de trigo que también producen un año y descansan otro; tierras centenales que también se siembran cada segundo año como las antecedentes, y tierras centenales que producen un año y descansan tres, por ser de ínfima calidad y no poder producir como las otras viñas también de secano y sin árboles que produzcan todos los años.

5. “De cuantas calidades de tierra hay en cada una de las especies que hayan declarado, si de buena, mediana, e inferior.”
A la quinta dijeron que en las especies declaradas hay las calidades siguientes: en las ferreñales de centeno que se siembran todos los años para forraje de las labranzas hay una sola calidad que es la primera; en las que se siembran de cebada que producen un año y descansan otro hay dos calidades: primera y segunda; en las tierras que se siembran de trigo hay las mismas dos calidades: primera y segunda; en las que se siembran de centeno que producen un año y descansan otro hay tres calidades: primera, segunda y tercera; y a las que producen un año y descansan tres las regulan todas de ínfima calidad y a las viñas, aunque todas son de muy poco producir como se reconoce en ellas, hay unas que producen menos que otras por estar casi perdidas, por lo que en esta especie regulan tres calidades.

6. “Si hay algún plantío de árboles en las tierras que han declarado, como frutales, moreras, olivos, higueras, almendros, parras, algarrobos, etc.”
A la sexta, dijeron que no hay árboles de ninguna especie en este término

7. “En cuales de las tierras están plantados los árboles que declaren.”
A la séptima dijeron que por lo que expresa la antecedente, no se les ofrece que decir en ésta.

8. “En qué conformidad están hechos los plantíos, si extendidos en toda la tierra, o a las márgenes; en una, dos, tres hileras; o en la forma que estuvieren.”
A la octava dijeron que no hay más plantío que el de viñas, que éstas están plantadas sus cepas sin orden y en ellas no hay árbol alguno.

9. “De qué medidas de tierra se usa en aquel pueblo; de cuántos pasos, o varas castellanas en cuadro se compone: qué cantidad de cada especie de granos, de los que se cogen en el término, se siembra en cada una.”
A la novena dijeron que así en las viñas como en las tierras usan de la medida la cuarta y cada cuarta se compone de cien estadales y cada estadal tiene tres varas de largo, y cada cuarta medida en cuadro tiene en su centro novecientas, y la cuarta de tierra de primera calidad en los ferreñales declarados para forraje se siembra con tres celemines de centeno; la de primera calidad de cebada se siembra con cuatro celemines, la de segunda con tres; la de primera calidad trigal se siembra con tres celemines la de segunda con dos; la de primera calidad centenal se siembra con dos celemines de esta especie, la de segunda celemín y medio y la de tercera con un celemín, y las centenales que descansan tres años se siembran cada cuatro con celemín y medio.

10. “Qué número de medidas de tierra habrá en el término, distinguiendo las de cada especie, y calidad: por ejemplo: tantas fanegas, o el nombre que tuviese la medida de tierra de sembradura de la mejor calidad; tantas de mediana bondad, y tantas de inferior; y lo propio en las demás especies que hubieren declarado.”
A la décima dijeron que se remiten al reconocimiento que se haga en este término.

11. “Qué especies de frutos se cogen en el término.”
A la undécima dijeron que en el término de esta villa no cogen otras especies de frutos que trigo, centeno, cebada y mosto.

12. “Qué cantidad de frutos de cada género, unos años con otros, produce, con una ordinaria cultura, una medida de tierra de cada especie, y calidad de las que hubiere en el término, sin comprender el producto de los árboles que hubiere.”
A la duodécima dijeron que la cuarta de tierra de primera calidad sembrada de cebada produce veinte heminas; la de segunda calidad cinco heminas y media; la cuarta de tierra de primera calidad de las trigales produce tres heminas y la de segunda nueve celemines, la cuarta de tierra de primera calidad centenal produce tres heminas, las de segunda dos heminas y media y la de tercera dos, y la que descansa tres años y produce al cuarto, que también es centenal, produce el año que le corresponde dos heminas y cada hemina se compone de cuatro celemines, y tres heminas componen una fanega. Las ferreñales declaradas, se regula su utilidad en forraje, por tres heminas y media de centeno; cada cuarta de viña de primera calidad tres cantaras, la de segunda dos, y la de tercera un cántaro

13. “Qué producto se regula darán por medida de tierra los árboles que hubiere, según la forma en que estuviese hecho el plantío, cada uno en su especie.”
A la decimotercera dijeron que por lo expresado en la sexta no hay que responder en esta.

14. “Qué valor tienen ordinariamente un año con otro los frutos que producen las tierras del término, cada calidad de ellos.”
A la decimocuarta dijeron que la hemina de trigo regulado un año con otro vale cuatro reales, la de cebada dos, la de centeno tres, y el cántaro de mosto dos reales y aunque hay algunas cepas de viña, uva tinta, por ser pocas va regulado al precio del mosto.

15. “Qué derechos se hallan impuestos sobre las tierras del término, como Diezmo, Primicia, Tercio-Diezmo, u otros; y a quién corresponden.”
A la decimoquinta dijeron que de todas las especies declaradas en el término pagan de cada diez una y de ella se hacen tres partes, dos percibe el estado concursado de Astorga y la otra la santa Iglesia de León; esto es por lo que corresponde a lo que labran los vecinos, y por lo que labran los forasteros perciben por mitad el diezmo la santa Iglesia y estado concursado, y todo lo que labra el cura es libre y resta en sí los diezmos. Y el diezmo de mosto percibe dos partes el cura y la tercera la santa Iglesia. Los diezmos menores que son cordero, lana, cerdos, pollos y soldada de criados los percibe por entero el cura párroco. Y cada labrador, que llega a coger diez y ocho heminas de cada especie, paga una a la iglesia de esta villa. Y por el voto al Apóstol Santiago paga cada labrador que coge las diez y ocho heminas, cuatro celemines de trigo y medio cántaro de mosto.

16. “A qué cantidad de frutos suelen montar los referidos derechos de cada especie; o a qué precio suelen arrendarse, un año con otro.”
A la decimosexta que los expresados diezmos regulados por un quinquenio ascienden anualmente a ciento y ochenta y cinco fanegas de trigo, doscientas y setenta de cebada, ciento y doce y medio de centeno y ochenta cantaros de mosto. Y las dos partes que corresponden al estado concursado se hallan arrendadas en dos mil ochocientos y veintitrés reales y veintiséis maravedíes, y no se incluye en este arrendamiento los diezmos pertenecientes a Villanueva de la Seca. Y la tercera parte que corresponde a la Santa Iglesia, sin incluir la que corresponde a otro término arrendada, en mil doscientos y cincuenta y cuatro reales y medio. Y el diezmo que pertenece a la heredad que labra el párroco asciende a doce fanegas de trigo, ocho de cebada y cuatro de centeno. Y las primicias ascienden a doce fanegas de trigo, diez de cebada, y ocho de centeno. Y los diezmos menores a treinta corderos regulados a ocho reales cada uno, ocho arrobas de lana regulada a veinte y cinco reales cada una y trescientos reales que regulan por los demás diezmos menores. Y el voto del Apóstol Santiago asciende a ocho fanegas y cuatro celemines de trigo y seis cántaros de mosto.

17. “Si hay algunas minas, salinas, MOLINOS HARINEROS o de papel, batanes, u otros artefactos en el término, distinguiendo de qué metales, y de qué uso, explicando sus dueños, y lo que se regula produce cada uno de utilidad al año.”
A la decimoséptima dijeron que NO HAY COSA ALGUNA DE LO QUE CONTIENE.

18. “Si hay algún esquilmo en el término, a quién pertenece, qué número de ganado viene al esquileo a él, y qué utilidad se regula a su dueño cada año.”
A la decimoctava que no viene al esquileo ganado alguno de fuera, y sólo hay el esquilmo del ganado que cada vecino declara en sus relaciones. Y cada carnero regula cuatro libras de lana. A cada oveja tres, y medio real por el queso y leche que las sacan, a cada cordero media libra y a cada buey en renta cincuenta reales.

19. “Si hay colmenas en el término, cuántas y a quién pertenecen.”
A la decimonovena dijeron que no hay colmenas. Y que hay tres palomares: uno de Francisco de Labra que su utilidad regulan en ciento y veinte reales y otro de Francisco Remesal que regula su utilidad anual en cien reales, y otro de Joaquín Iglesias que le regulan en sesenta.

20. “De qué especies de ganado hay en el pueblo y término, excluyendo las mulas de coche y caballos de regalo, y si algún vecino tiene cabaña o yeguada que pasta fuera del término, dónde y de qué número de cabezas, explicando el nombre del dueño.”
A la veinte dijeron hay en esta villa los ganados siguientes: mulas y machos de labranza, yeguas para parir, bueyes y vacas, caballos de labranza, jumentos, jumentas, cerdos grandes y pequeños, ovejas, carneros y corderos. Y que no pastan fuera del término ganado alguno.

21. “De qué número de vecinos se compone la población, y cuántos en las casas de campo o alquerías.”
A la veintiuno dijeron hay en la villa cincuenta vecinos y el cura párroco, y en estos van inclusos los jornaleros y labradores serviciales y un guarda de campo.

22. “Cuántas casas había en el pueblo, qué número de inhabitables, cuántas arruinadas; y si es de Señorío explicar si tienen cada una alguna carga que pague al dueño por el establecimiento del suelo y cuánto.”
A la veintidós dijeron hay en esta villa cuarenta y siete casas habitables y diez arruinadas y que por su establecimiento no pagan cosa alguna a la señora de ella.

23. “Qué Propios tiene el Común, y a qué asciende su producto al año, de que se deberá pedir justificación.”
A la veintitrés dijeron que esta villa no disfruta más propios que cuatrocientos reales de vellón un año con otro que rinde el arriendo de taberna y quinientos que les dan por el pasto de rastrojos y entrepanes. Y que lo disfrutan sin facultad Real. Y aunque tiene un prado, de cabida de quinientas y treinta y siete cuartas, su aprovechamiento es del Común y no se ha arrendado en tiempo alguno.

24. “Si el Común disfruta algún arbitrio, sisa u otra cosa, de que se deberá pedir la confesión, quedándose con copia que acompañe a estas diligencias; qué cantidad produce cada uno al año; a qué fin se concedió; sobre qué especies, para conocer si es temporal o perpetuo y si su producto cubre o excede de su aplicación.”
A la veinticuatro dijeron que no tiene otro impuesto más que dos azumbres de vino que se dejan al cosechero en cada cántaro para la paga de sisas, y lo que llevan expresado en la respuesta antecedente.

25. “Qué gastos debe satisfacer el Común como salario de Justicia y Regidores, fiestas de Corpus u otras; empedrado, fuentes, sirvientes, etc., de que se deberá pedir relación auténtica.”
A la veinticinco dijeron que este Común tiene que pagar doscientos cincuenta y cinco reales de los gastos que se causan cada año en la función votiva de San Marcos y del Corpus; salario de escribano, nombramiento de justicia, penas de cámara y utensilios.

26. “Qué cargos de justicia tiene el Común, como Censos que responda u otros; su importe, por qué motivo, y a quién; de que se deberá pedir puntual noticia.”
A la veintiséis dijeron que este Común no tiene contra sí censo ni otra carga.

27. “Si está cargado de Servicio Ordinario y Extraordinario, u otros, de que igualmente se debe pedir individual razón.”
A la veintisiete dijeron que pagan a su Majestad trescientos y treinta y tres reales y cuatro maravedíes por el de cientos. Por el de millones setecientos y veinte y nueve reales de vellón, y seis maravedíes. Y por el de servicios Reales ochenta y siete reales y siete maravedíes. De cuyas pagas escribieron recibo y escritura de encabezo.

28. “Si hay algún empleo, alcabalas, u otras rentas enajenadas; a quién, si fue por servicio pecuniario u otro motivo; de cuanto fue, y lo que produce cada uno al año; de que se deberán pedir los Títulos y quedarse con copia.”
A la veintiocho dijeron pagan por el de alcabalas al estado concursado de Astorga cuatrocientos y sesenta y dos reales. No saben con qué título los percibe.

29. “Cuántas tabernas, mesones, tiendas, panaderías, carnicerías, puentes, barcas sobre ríos, mercados, ferias, etc. hay en la población y término; a quién pertenecen y que utilidad se regula puede dar al año cada uno.”
A la veintinueve dijeron que aunque hay una taberna, por estar arrendada por la villa, va expresada en la veintitrés y que no hay otra cosa.

30. “Si hay hospitales; de qué calidad; qué renta tienen y de qué se mantienen.”
A la treinta dijeron que no hay hospital en esta villa.

31. “Si hay algún cambista, mercader de por mayor, o quien beneficie su caudal, por mano de corredor u otra persona, con lucro e interés; y que utilidad se considera le puede resultar a cada uno al año.”
A la pregunta treinta y uno que no hay nada de lo que contiene.

32. “Si en el pueblo hay algún tendero de paños, ropas de oro, plata y seda, lienzos, especiería u otras mercadurías, médicos, cirujanos, boticarios, escribanos, arrieros, etc. y qué ganancia se regula puede tener cada uno al año.”
A la treinta y dos, que hay un sacristán a quien regulan su ganancia anual doscientos reales de vellón; un guarda de campo a quien regulan real y medio diariamente.

33. “Qué ocupaciones de artes mecánicos hay en el pueblo, con distinción, como albañiles, canteros, albéitares, herreros, sogueros, zapateros, sastres, perayres, tejedores, sombrereros, manguiteros, y guanteros, etc. explicando en cada oficio de los que hubiere el número que haya de maestros, oficiales y aprendices; y qué utilidad le puede resultar, trabajando meramente de su oficio, al día a cada uno.”
A la treinta y tres dijeron que hay un herrero cerrajero a quien por la utilidad de uno y otro oficio regulan tres reales cada día; un zapatero de viejo que su ganancia regulan dos reales al día.

34. “Si hay entre los artistas alguno, que teniendo caudal, haga prevención de materiales correspondientes a su propio oficio, o a otros, para vender a los demás, o hiciere algún otro comercio, o entrase en arrendamientos; explicar quiénes, y la utilidad que consideren le puede quedar al año a cada uno de los que hubiese.”
A la treinta y cuatro dijeron que a Baltasar Delgado por el arriendo que tiene hecho, de la tercera parte de diezmos que corresponden a la santa Iglesia de León, le consideran trescientos reales de ganancia.

35. “Qué número de jornaleros habrá en el pueblo, y a como se paga el jornal diario a cada uno.”
A la treinta y cinco dijeron que hay ocho jornaleros, que su jornal diario regulan dos reales y medio, y al que se ocupa en trabajar en el oficio de labrador les regulan a tres reales al día. Y por cada par que trabaja en acarrear o portear materiales para otro, le regulan siete reales de vellón.

36. “Cuántos pobres de solemnidad habrá en la población.”
A la treinta y seis dijeron que no hay pobre alguno de solemnidad.

37. “Si hay algunos individuos que tengan embarcaciones que naveguen en la mar o ríos, su porte, o para pescar; cuántas, a quién pertenecen y que utilidad se considera de cada una a su dueño al año.”
A la treinta y siete dijeron que no hay nada de lo que contiene.

38. “Cuántos clérigos hay en el pueblo.”
A la treinta y ocho dijeron que sólo hay un cura párroco y un clérigo de menores.

39. “Si hay algunos conventos, de qué religiones y sexo y número de cada uno.”
A la pregunta treinta y nueve dijeron que no hay cosa alguna de lo que contiene.

40. “Si el Rey tiene en el término o pueblo alguna finca o renta que no corresponda a las generales ni a las provinciales que deben extinguirse; cuáles son, cómo se administran y cuánto producen.”
A la pregunta cuarenta dijeron que no hay renta alguna que pertenezca a su Majestad además de las que van expresadas.

Todo lo cual dijeron ser la verdad so cargo del juramento hecho, y para venir en conocimiento si les habrá faltado algún requisito sustancial de los que contiene el interrogatorio citado, pidieron se les leyese esta deposición en inteligible voz, a fin de enmendar cuales quiera error que hubieren tenido; y habiéndolo escuchado, dijeron estaba arreglado según el hecho cierto.

Y resulta haber en la villa y su término, según lo que Dios les había dado a entender y saber, y en ello se afirmaron y ratificaron y declararon ser todos mayores de edad y lo firmaron junto con Lázaro Casquete, agrimensor y Francisco Peláez, perito nombrado de oficio, vecinos uno y otro de la villa de San Pedro de la Tarce. De que yo, el escribano doy fe: Don Diego Felipe de Cifuentes, Don Francisco Marbán Cifuentes: Joseph Iglesias, Francisco de Labra, Pedro Fernández, Baltasar Delgado, Joaquín Iglesias. Ante mí: Manuel Antonio Alonso.


Regulación de Esquilmos 6/3/1754

Que por no haberse regulado el esquilmo de los ganados existentes en la villa de San Esteban del Molar al tiempo que se practicó la operación del subdelegado que entendió en ella. Incluyendo a cada cabeza de su respectiva especie, además de la lana, leche y otros frutos, las crías que producen.
Con arreglo a la Orden de la Real Junta de veinticuatro de marzo del año pasado de mil setecientos cincuenta y dos. Cumpliendo esta contaduría principal con lo mandado por el Señor Intendente General de este Reino, por auto de veintinueve del mismo mes referente a la Real Orden, y teniendo presentes para la mayor justificación las operaciones practicadas últimamente en aquel país. Y las tazmías que obran en los autos, se hace la citada regulación de esquilmos en esta forma:

  • El esquilmo de una vaca se regula cada año en veinte reales, mitad de cuarenta que vale el ternero por ser regular parir un año y descansar otro.
  • El de cada yegua de vientre atendida sus contingencias y que algunos años se administran del contrario, y en otros del natural se considera el esquilmo anual en ochenta reales.
  • El de cada pollina de cría se regula en veinte reales cada año, mitad de cuarenta que vale su cría. Respecto pare un año y descansa otro.
  • El esquilmo de cada oveja se regula en seis reales y medio; los cuatro, mitad de ocho que vale el cordero, medio por el queso que se saca de la leche y los tres restantes del valor de tres libras de lana que se corta anualmente.
  • El de un carnero o borrego en cuatro reales que valen otras tantas libras de lana que se cortan todos los años.
  • A cada cordero, por media libra de añinos, medio real que es su esquilmo.
  • También se regula valer en venta, cada buey de labranza, bueno con malo y pequeño con grande, doscientos reales.
  • Igualmente se considera cada mula o macho que sirve para el mismo ministerio de la labranza quinientos reales.
  • Así mismo, se evalúa cada caballo que sirve para el fin de la labor en trescientos reales.

León y marzo seis, de mil setecientos cincuenta y cuatro: Don Francisco de Alvares.


RESPUESTAS GENERALES
Bajo de Juramento, las Justicias, y demás Personas, que harán
comparecer los Intendentes de cada Pueblo.
SAN ESTEBAN DEL MOLAR
-1751-
CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA

José Ignacio del Amo Lobo:
Según la relación de asistentes a la reunión uno de ellos Francisco de Quesada, dispongo yo de la siguiente información.
D. Blas de Quesada Álvarez: Nació en San esteban del Molar (12-11-1653) (30-08-1702). Hijo de Manuel Quesada y de Jacinta Álvarez, ambos de San Esteban del Molar.
Estuvo casado en primeras con Dª Isidora de Colmenares y en segundo matrimonio con Dª Josefa Marbán, los cuales tuvieron seis hijos (Blas, Brígida, Gaspar, Jacinta, Juan y Bernardo)
Este último Bernardo de Quesada Marban (+08-10-1740). Fue mucho tiempo alcalde regidor de San Esteban por el estamento de los nobles (en aquella época había dos regidores uno para los nobles y otro para los comunes), contrajo matrimonio el día 15/02/1705, en Castrogonzalo con Ana María Pastor García(Villalobos 1684-1727),siendo esta su mujer una de las protagonistas del "Un Mayorazgo muy disputado" tuvieron cinco hijos(Diego, Josefa, Matías Andrés y Félix), por eso me extraña que no exista ningún Francisco como se menciona ya que por 1751 bien podría ser uno de los asistentes con unos cuarenta y algo de años.

Matías de Quesada Pastor fue uno de los más destacados mediadores en el gran conflicto del Mayorazgo de Villalobos en el que hubo grandes riñas y desavenencias.
Esta familia de los Quesadas se fue toda para Madrid, y según tengo entendido fue muy influyente y se codeaban en aquellos tiempos con con mismísimos Borbones.
También me sorprende que hayan desaparecido apellidos como Gómez, Remesal, Raposo, Valladares.

© Familia Interminable


Catastro Marqués de Ensenada
San Esteban del Molar. 1751
Gavilán - delmolar@gmail.

Diccionario de Madoz (1845-1850)

San Esteban en el Diccionario de Madoz (1845-1850)
Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España

El Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, editado por Pascual Madoz en 16 gruesos volúmenes (Madrid, 1845-1850), ocupó un importante papel en el proceso de modernización de las estructuras del Estado en la España del siglo XIX. Curiosamente, a finales del siglo XX, el sarampión autonómico y localista que sacudió España, encontró en el Madoz una fuente inagotable con la que satisfacer las ansias bibliográficas de esas nuevas estructuras administrativas ansiosas de construir una nueva identidad: reimprimieron en volúmenes los fragmentos extraídos de la magna obra de aquel patriota español, creando docenas de madozitos agrupados por regiones, comunidades autónomas y provincias.

ESTEBAN DEL MOLAR (San): v. con ayunt. en la prov.de Zamora eg.),part. jud. de Benavente (2y 1/2), dióc. de León (13), aud. terr. y c.g. de Valladolid. sit. en un llano con algún declive hacia el O.; su clima es templado y sano, pues no se padecen más enfermedades comunes que las estacionales. Tiene 70 casas, la consistorial, en que están la cárcel y escuela de primeras letras, dotada con 600 rs. Y 5 cargas de trigo que dan además los 50 niños de ambos sexos que la frecuentan; igl. parr. (San Esteban), servida por un cura de ingreso y presentación del marqués de Astorga; una capellanía de patronato particular, con cargo de misas y sin residencia, y buenas aguas potables. Confina el térm. N. Fuentes de Ropel; E. Villalobos; S. Tapioles, y O. Castropepe: en él se encuentra el desp.de Villanueva la Seca. El terreno es de mediana calidad. Los caminos locales y malos particularmente en tiempo lluvioso: recibe correspondencia en Benavente cada interesado de por sí. Prod.: trigo morcajo, centeno, cebada, vino y legumbres, cría ganado lanar, y caza de liebres y perdices. Pobl.: 68 vec., 274 alm. Cap. Prod.: 135.960 rs. IMP.: 18.878 rs. contr.: 6.760 rs. 25 mrs. El presupuesto Municipal asciende a 3.295 rs., cubierto por reparto entre los vecinos.

Madoz, P.-Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar.Madrid:1845-1850.Ed.Facsimil: Valladolid: Ámbito, 1984. Editada por Domingo Sánchez Zurro.

Marcelo Rodríguez


Morcajo, era una mezcla de varios cereales envueltos trigo, centeno, cebada, avena, se utilizaba para dar de comer al ganado en invierno ya no se siembra.
La antigua cárcel estaba en la parte trasera de la casa de Alfonso


José Martínez de Velasco [1]

José Martínez de Velasco

[I Parte]
Un día de marzo del año 1980

Caminaba por la Calle Oriente en dirección a la iglesia. Al llegar a la casa de Gaudencio Rodríguez, un matrimonio contemplaba el escudo de la fachada. Vestían de forma poco convencional aunque con exquisito gusto en la combinación de colores y elegante calzado.

El caballero hablaba con un verbo fluido y contenida emoción. La señora escuchaba con atención y a veces pronunciaba alguna palabra en francés. Sorprendido y llevado de la curiosidad les seguí a una distancia prudencial, pudiendo escuchar su diálogo,
-“Mira, en esta casa nací y pasé los años más felices de mi vida”.

Caminaban de forma parsimoniosa sin perder detalle de cada lugar y el señor seguía explicando y recordando personas y lugares,…

-“Ves esta casa, pues aquí vivían el señor Sinforoso y su mujer, la señora Josefa que eran nuestros vecinos y tenían tres hijas más o menos de mi edad”.
-“Esta casa era la de la familia Marbán”.

Y seguían avanzando.
-“En esta casa vivían el Señor Marcelo y la señora Ana, personas laboriosas y ahorradoras, con sus hijos Pepe y Cecilia”.

-“Esta casa más pequeña era la de la señora Enriqueta, la que nos guisaba los conejos”.

-“Esta que tenemos en frente era la casa de mi amigo Teodosio al que llamábamos «Picalías» y era una persona muy singular y divertida”.

-“En esta casa del rincón, vivía la familia del señor Fermín Alonso”.

-“La que tenemos en frente era la casa de Emilio Allende al que llamábamos «Girasol» y que tenía un hijo llamado Felipe”.

-“La que vemos ahí era la casa del señor Salustiano y la señora Benita uno de sus hijos era mi amigo y se llamaba Alipio”.

En este momento salía Matilde de su casa y José la llamó por su nombre. Se presentaron y hablaron. Matilde, como persona hospitalaria que siempre fue, les invitó a comer. Teodosio Villafáfila estaba sentado y observaba ajeno al matrimonio que tenía aspecto extranjero.
Se acercó a él, José Martínez y le preguntó si le reconocía,…
-“Yo soy hijo del señor Ezequiel Martínez”.

-¡Hombre, Joselín!

-“Así me llamaban antes de salir del pueblo”.

Emocionados el anciano conservador y el republicano que llevaba la insignia de la bandera tricolor en la solapa, se fundieron en un abrazo. De los ojos de ambos viejos amigos, brotaban lágrimas.

Claudio Villafáfila.


[II Parte]
Un día de marzo del año 1980.
Continuando nuestro relato.

En el anterior dejamos a José Martínez de Velasco invitado a comer por Matilde.

Estaban en corrillo charlando animosamente cuando en ese mismo instante se presentó Jesús Salvador, camisa limpia y pantalón de domingo, hecho un pincel. Yo le vi aparecer por la esquina de Celestino, caminando con decisión, sonriente y optimista. Se dirigió al corrillo y saludó a José de manera efusiva.

- Seguro que ya no te acuerdas de mí - dijo Joselín.
- ¡Hombre! cómo voy a olvidar yo las buenas meriendas que me daba tu madre.
- la señorita Severina
- y el buen trato de tu padre
- el señorito Ezequiel.
- ¡Qué gente más buena!

Hoy me toca invitar a mí. No creas que me he olvidado aunque hayan pasado tantos años.

Jesús se hizo el centro de la conversación y convenció al matrimonio para que comieran en su casa.
- Ves. - le dijo José a su mujer.
- Esta gente es generosa y hospitalaria
- Todos quieren invitarnos de corazón.

Tarsicio, presente en el corrillo, insistía en llevar a todos al Hostal Álvarez donde, según sus palabras, había un sabroso solomillo casero adobado.

El exiliado retornado a su tierra natal se mostraba muy feliz rodeado de gente sencilla y rememoraba su feliz y lejano pasado:
- En este trinquete jugábamos los muchachos a la pelota hasta que llegaban los mozos y nos echaban, entonces seguíamos jugando en la pared de ese pajar que era del señor Manuel Iglesias.

-El día que salí de San Esteban lo hice con lágrimas en los ojos buscando una vida mejor y así fue hasta que la guerra civil acabó con la alegría de mi casa.

Habló de los años 30, de su vida como soldado de la República, de su lucha en la defensa del Madrid sitiado por las tropas de Franco. ¡Pensaba que cualquiera de mis amigos de la infancia que luchaban en el bando nacional como mi amigo Alipio podía estar en la trinchera de enfrente, sin saberlo ninguno de los dos ¡Qué mala y cruel es una guerra entre hermanos¡

Comentó anécdotas de su exilio en Francia y se mostraba contento por ver que en España se avanzaba hacia un país normal.

A él le hubiera gustado que fuera una república que representara mejor los valores por los que él luchó.

Jesús, después de escuchar con atención dijo con énfasis y alzando un poco la voz:
" De bien nacidos es ser agradecidos, digo y repito que más que señoritos, la familia Martínez de Velasco eran unos señores de verdad".

Claudio Villafáfila.
[Biografía en, "JOSELIN" II]



La descripción es cinematográfica.
- Aparecen tres planos: el matrimonio, las casas, al final los vecinos a la puerta, y el testigo.
- Las imágenes se suceden y se superponen, las casas y las familias correspondientes.
- La relación figura/fondo aparece bien definida, pero en nuestra subjetividad cambia cuando menciona a nuestras familias.
- Al final aparece un solo plano: el conjunto es más que la suma de las partes.
La narración mantiene la emoción desde el principio hasta el final, más acentuada según a quien nombre, para aumentar en dos tiempos y con broche final.
José Martínez de Velasco, Joselin, se me presenta como una persona digna del mayor interés, con unas experiencias vitales ricas e intensas, cuya biografía sería muy atrayente.

Marcelo Rodríguez.


La Laguna y el Barrero.

Recuerdos de Infancia

De mis recuerdos de infancia hay uno que está ligado a “La Laguna” y al “Barrero”.

La Laguna estaba en lo que hoy es el Parque Infantil. Algunos llevaban allí a los animales para que bebieran. Tengo el recuerdo de ver a mi pariente Lorenzo dando agua a las mulas y también a los Moriana corriendo por encima del hielo en el invierno.

Había patos que acudían a ella por la mañana, y regresaban al atardecer en fila india a la casa

La otra era El Barrero de agua más cristalina y con abundancia de ranas.

Ambas han desaparecido y hoy son parques.

Claudio Villafáfila


Todos esos recuerdos son mis recuerdos: La Laguna, el Barrero, los Moriana, las hogueras de San Juan-reminiscencias de las celebraciones paganas del solsticio de verano, la vida de las eras, el pozo la fuente del Pin Pin....

Todo ese mundo que recreas,  me ha hecho llorar de emoción, por evocar ese tiempo que nos pertenece y que era de antes de la modernidad actual y estaba cargado de significados y poblado de seres tan queridos.

A mi me encantaban las noches de "tomar el fresco" donde los niños jugábamos al escondite, a veces divididos en grupos que se buscaban al son de aquello de “sereno que cantas dime qué hora es... han dado la una las dos y las tres..."

Algo que también me gusta recordar son los inviernos, cuando cerca de la Navidad las niñas buscábamos y cogiamos, en medio de un frío de muerte, el musgo más guapo para el Nacimiento.

Escarcha y olor a campo de invierno se grabaron en mi mente. Luego, las más mayores preparaban con entusiasmo el Nacimiento en la escuela. Era como la recreación de un mundo de cuento, bonito, creativo, navideño, entrañable y de todos; allí se iba a cantar villancicos después de misa el día de Navidad y Año Nuevo.

Matina


El legado de nuestras pequeñas historias familiares que sumadas forman la memoria colectiva, que debemos preservar porque ellas son nuestro origen, nuestras señas de identidad en esta sociedad tan compleja que nos ha tocado vivir.

Admiro mucho a esa generación del silencio, esa generación silenciada de nuestros padres haciendo economía de equilibrio para procurarnos una vida mejor que la que ellos tuvieron.

Pienso en un momento en aquellas mariposas de alas blancas, en saltamontes clavados en las pajareras, en un botijo a la sombra de un carro, en unas mulas sacudiendo las moscas, en un hombre aparvando la trilla, unas mujeres barriendo la era, en nubes de vencejos oscureciendo el cielo cuando caía la tarde o en las relaciones personales, en los diálogos:

-Oye muchacho, ya estás andando al estanco y me traes un librillo de fumar de zig-zag.

A la vuelta:

-Toma esta perra que sobra para un caramelo.

Las idas y venidas de las mozas al Pozo Bueno para acarrear agua, el trajín de las pozaletas de ropa, los golpes contra el batidero de la ropa húmeda al lavar, el frío atroz que dejaba llenas de sabañones y doloridas las manos, el olor al estiércol de los establos cercanos que no había cambiado un ápice desde tiempos medievales, comenzaron a perderse en el recuerdo.

Yo viví en ese tiempo tan lejano en que las mujeres iban a la fuente del Pin Pin con sus pozaletas a lavar y regresaban a pié cargadas de ropa limpia.

Las cosas en aquel tiempo eran muy simples. Se iba a espigar porque había que espigar, a cortar legumbres porque había que cortarlas, se iba a misa los domingos porque los no devotos no querían ser señalados con el dedo y los más creyentes tranquilizaban sus conciencias.

Al llegar el verano nuestros sentidos traen a la memoria los olores de la infancia. Los viejos tomando el fresco a la luz de la luna disfrutando del aire suave. El silencio roto por el canto de los grillos y el traqueteo de los carros.

Las duras heladas que dejaban La Laguna y El Barrero como pista de patinaje.

San Esteban, rincón querido y nido de mi niñez, cuando voy a ti, afloran en mis solo gratos recuerdos y mi pecho se ensancha al recordar a mis amigos de siempre.

Claudio Villafáfila

Para todos ellos mi más grato recuerdo. Los llevo en el alma.

Para mi amigo de siempre y de hoy Emilio Deza
Para mi otro amigo el Secretario de Silvestre.
Para el entrañable amigo Marcelo.
Para Matina siempre clara y bondadosa.
Para Jeicos, listo y triunfador.
Para Reyes, la dignidad en persona.


Iacubs, otro punto de vista.

Desolación, Abandono, Miseria

Nuestro pueblo, no puede seguir viviendo de subvenciones para el campo que ni aseguran, ni ha asegurado un futuro a los pocos que quedan en el pueblo, nos han dado pan para hoy y el hambre para mañana, movidos por intereses impuestos que han primado la falta de productividad y el abandono agrícola y ganadero.

Ya sé que el tema es cuestión de debate, pues los hay a favor y de posiciones contrarias, la realidad es ver donde estuvo San Esteban hace unos pocos años y donde o como esta hoy.

Donde la carretera, el cruce de caminos, la ubicación de nuestro pueblo lo hace más atractivo, pero por diferentes causas no supimos desarrollarlo, nuestras posibilidades de recuperación en la actualidad son prácticamente nulas, pero no podemos permanecer impasibles ante la situación de abandono que sufrimos.

Sirva como testimonio gráfico ó el hacernos reflexionar, con este trabajo de Iacubs que la suerte hizo pasar por nuestro pueblo al dirigirse hacia las lagunas de Villafafila, y por casualidad tomo estas instantáneas recogidas en su álbum "calles y casas de San Esteban del Molar", dentro de su colección "abandonos".

Abandono, miseria, desolación, no pretendo posicionarme de uno u otro lado pero no podemos seguir sin un plan que posibilite y regule el asentamiento de algún tipo de negocio por pequeño que sea, en nuestro pueblo, situado en una zona especialmente preparada para ello.

Aunque esté de moda la recuperación de la memoria histórica, es importante no olvidar los hechos del pasado, con el fin de evitar cometer los mismos errores.

Existe otra memoria importante para el desarrollo de la idiosincrasia de un pueblo la memoria cultural, vivimos rodeados de consumismo, nos olvidamos facilmente de nuestras raíces. Con pequeñas manifestaciones e iniciativas (la trilla, foto antigua...) no olvidamos nuestro pasado cultural son estas iniciativas con las que ponemos en conocimiento del mundo, los oficios a los que se dedicaban nuestros antepasados hasta no hace mucho tiempo, incluso algunos que se siguen practicando de forma minoritaria, bien de cara al turismo, favores personales a conocidos o por puro pasatiempo.

Así también se potencian zonas rurales o poco pobladas de nuestra geografía, y que esconden verdaderos tesoros turísticos para el visitante.

De esta forma, están empezando a resurgir rutas casi olvidadas (camino Santiago...) en los itinerarios habituales de turismo, como es el caso de los pueblos abandonados, que resultan de una gran belleza plástica, así como de alto valor didáctico-cultural.

Nuestro pueblo se encuentra en estado crítico, por el abandono de sus habitantes hacia ciudades más grandes, ya que la falta de recursos y el aislamiento resultan vallas difíciles de superar.

Con el abandono, se pierde una gran parte de nuestras raíces, de nuestro sabor cultural que se ha transmitido durante generaciones, y que ahora estamos perdiendo. Por ello, su arreglo y restauración son necesarios para recuperar elementos de alto valor cultural, así como artístico en algún caso. (Casas de adobe y barro, palomares, caminos para paseo, senderismo, bodegas….) con la mas pequeña aportación de cada uno de nosotros ya hemos conseguido algo grande.


Primeros pasos en este sentido... Noticias San Esteban en el Norte de Castilla

Unión de futuro

Ayuntamiento y vecinos trabajan para poner en marcha una asociación juvenil que impulse la actividad cultural y de ocio en el municipio |02-10-09 |

Entre las iniciativas que quiere desarrollar el Ayuntamiento de San Esteban del Molar con el fin de revitalizar la vida social de la localidad se encuentra la puesta en marcha de una asociación que agrupe a los jóvenes. El alcalde, José Antonio Sánchez Torio, explica que el colectivo está «en proceso de creación», y que ya cuenta con «un local acondicionado» para desarrollar en él sus actividades.

Según apunta el edil, la iniciativa ha despertado el interés de un buen número de jóvenes interesados en unirse a este futuro colectivo, que dará sus primeros pasos el próximo año.

Esta futura asociación viene a completar un espacio cultural que ya ha tenido su representación durante años en la asociación de mayores 'Las Candelas'. Este colectivo que va camino de una década de vida, propone actividades diarias en su sede, donde cuentan con espacio para reunirse, charlar o pasar un rato de entretenimiento jugando a las cartas o a cualquier otro juego de mesa. También disponen de un programa de gimnasia de mantenimiento, durante seis meses al año.

El colectivo ha participado en diversas ocasiones en un taller de memoria organizado por la Federación de Mayores de Zamora.

Fiesta de mayores

Los mayores de San Esteban del Molar cuentan además con una fiesta propia que coincide con la celebración de Las Candelas, el día 2 de febrero. Otra festividad importante para los vecinos es la del Cristo de la Misericordia, que se celebra el 17 de mayo. Es tradicional en esta fecha, además de los actos religiosos, la invitación a refrescos para todo el pueblo, las verbenas y las actuaciones de grupos de danza.

Con el fin de seguir mejorando la calidad de vida y ampliando las instalaciones de ocio, desde el Ayuntamiento se trabaja para acondicionar un carril bici y una zona verde sin correr peligro por la carretera. Esto se completará con un estanque en el que se podrá pescar sin captura.


Jose Antonio Sánchez - Alcalde 02-10-09
«Atraeremos población con viviendas sociales»

San Esteban del Molar está buscando las fórmulas adecuadas para asentar nueva población en su término. Con este fin, el alcalde de la localidad anuncia la construcción de viviendas sociales y la puesta en marcha de nuevos espacios de ocio.

-¿Por qué proyectos está apostando su Ayuntamiento?
- Destaca la construcción de ocho viviendas sociales, que esperan el visto bueno de la Junta para su inicio. Creemos que este proyecto atraerá población joven porque las viviendas se venderán a 72.000 euros, con IVA incluido, lo que consideramos un precio llamativo. También hemos estado trabajando en la construcción de un centro de usos múltiples que ya está en funcionamiento y que se financió con los 29.300 euros del Estado.

-¿Para qué se está utilizando este centro?
-Una parte la hemos destinado a albergue para la gente que hace el camino de Santiago porque un tramo de esta vía atraviesa nuestro pueblo. La otra parte se destinará a almacén municipal.

-¿Reivindican alguna ayuda institucional?
-Tenemos un problema con el camino que nos une con Villalobos, porque se encuentra muy deteriorado, debido a que es la vía que utilizan los pueblos que se quedaron sin entrada a la autovía. Queremos que se mejore el firme.


02-10-09
Maíllo visita los terrenos para habilitar un área industrial en San Esteban del Molar

El presidente de la Diputación se reunió ayer con la Corporación municipal de San Esteban del Molar, cuyo municipio visitó junto con el diputado de la zona, Arturo Vicente, y el de Obras y Planes Provinciales, Manuel Vega.

El municipio, que cuenta con cerca de 160 habitantes, tiene una situación inmejorable desde el punto de vista de las comunicaciones, ya que está enclavado entre la Autovía A-6 , la futura autovía Ruta de la Plata, y la nueva autovía de Palencia.

Por esta razón, el alcalde, José Antonio Sánchez, y la Corporación municipal proyectan adecuar una zona industrial que alojaría a la decena de empresas radicadas en esta localidad y algunas otras de fuera, teniendo en cuenta la demanda de suelo industrial que existe en el municipio.

Fernando Martínez Maíllo visitó algunos de los terrenos donde el Ayuntamiento podría ubicar el área industrial con el fin de estudiar la propuesta. San Esteban del Molar está realizando en la actualidad los trámites para elaborar las normas urbanísticas municipales.


El Palomar de Iacubs...

A Iacubs, que supo ver el encanto y lo inmortalizo en su obra


El palomar como seña de identidad

Los palomares, estas construcciones populares, de carácter secundario, antes tenían un objeto, ahora, prácticamente ha desaparecido y bien podría aplicárselos el pensamiento de Marcel Duchamp: "Cualquier objeto desprovisto de su función pasa a convertirse en objeto de arte".

En verdad, son auténticas obras de arte, pero en peligro de extinción. Una llamada a particulares y Ayuntamiento para que intentemos entre todos salvar los que siguen de pie como testigos mudos de la historia. No es cuestión de economía, sí de sensibilidad.

El paseo disfrutado está seguro para quien se decida a visitarlos. Cada momento de luz, cada estación climática, cada estado del ánimo, da un toque especial de distinción a este arte rural que está a punto de fenecer.

Acierta, Miguel Delibes en su obra Viejas historias de Castilla la Vieja, al afirmar: "Después de todo, el pueblo permanece y algo de uno hay agarrado a los cuetos, los chopos, los rastrojos. En las ciudades se muere uno del todo; en los pueblos, no; y la carne y los huesos de uno se hacen tierra".

Los olvidados palomares

Cantados por poetas y escritores que han visto en la decrepitud de sus cubiertas y las grietas de sus tapiales un vivo reflejo de la decadencia de estas tierras castellanas, el palomar es una construcción popular de sumo interés.



En Tierra de Campos es el símbolo prototípico; un escritor dice de ellos: "El palomar aquí, en la antiplanicie, tenía la estructura circular del molino de viento, pero no molía más que el zureo o arrullo de la palomada y se defendía como fortaleza de las rapaces del viento y era a la vez como un pozo en cuyo interior el ave sagrada, símbolo espiritual de la nueva cristiandad, encontraba su morada".

Parece que su procedencia se halla en Roma, de donde fueron introducidos a nuestras tierras. Siempre ha estado unido a la riqueza, a la nobleza e hidalguía como signo de posesión: el mismo Lazarillo tuvo que escuchar cómo uno de sus amos, aquel hidalgo pobre, le confesaba en un alarde de sinceridad que no era tan pobre que no tuviera allá en su tierra [...] un palomar, que a no estar derribado como está, daría cada año más de doscientos palominos[..].

Ello explica la legislación emitida por Enrique IV en 1465 y por los Reyes Católicos en 1484, fruto sin duda, de los conflictos que generaban los daños ocasionados por las aves en los cultivos de escasa productividad; así lo expresa la ley dada en Medina del Campo en 1484 por Fernando e Isabel: "Y muchas personas injustamente e individualmente, tiran con la ballesta a las palomas de los dichos palomares, y las matan, así con las dichas ballestas como redes, cebaderos y otros armadijos que para ello hacen, con lo cual los dueños de dichos palomares ya han recibido y reciben mucho agravio y daño".

El palomar como edificación específica y aislada de la casa se localiza en las comarcas donde es posible una cría abundante, por su relación estrecha a la existencia de grandes extensiones de cultivo de cereal, preferentemente cebada, teniendo sólo que ayudar a la paloma cuando escasea el alimento, de noviembre a mayo.

Se construyen a las afueras del pueblo, ni tan cerca que las palomas, de suyo huidizas, sean espantadas por las gentes vecinas, ni tan lejos que sean presa fácil de ladrones y cazadores furtivos que operen a sus anchas de espaldas al dueño. También se procura la ausencia de árboles en sus inmediaciones para evitar que se acerquen las aves de rapiña. El agua, abundante y próxima, es un elemento capital para que puedan beber y bañarse. Huyen de la orientación al septentrión, generalmente más fría, y buscan el sol de mediodía.

Están edificados de adobe y tapial, en algún caso se recubre con cal. Circulares, cuadrados, poligonales, siempre cerrados sobre sí mismos, con una única y angosta puerta de acceso a un interior donde se multiplican los nichos para que aniden las palomas. Los ejemplares de nuestro pueblo se caracterizan por unos únicos muros exteriores disponiéndose en sus caras internas los nichos de adobe donde nidifican y duermen las aves.


Paseo Literario por los palomares, de Tierra de Campos

Un bello texto que nos aporta algunos datos más sobre los palomares. Está tomado de la pluma de Miguel Delibes.

Como negocio, esto de los palomares no lo es, no es negocio, vaya; yo, al menos, no lo veo, no acabo de verlo. En tiempos, tal vez, cuando la mano de obra, la albañilería, era más asequible, estaba más barata. Pero ¡ni aun entonces! Que un palomar requiere muchas atenciones, no es sólo la intemperie sino la palomina esa que todo lo abrasa y no queda más remedio que cambiar la techumbre de cuando en cuando para que no se venga abajo. Claro que lo mira usted por otro lado y la palomina esa es lo más rentable, lo que más agradezco yo del palomar, más que la caza, ya ve usted. Y, un año con otro, un palomar le deja a usted remolque y medio de palomina, un abono de excepción, que me recuerdo que hace años los valencianos subían aquí a por él porque para el naranjo no había cosa igual; se cotizaba muy bien, muy bien. Hoy, ya se sabe, con el mineral, todo resuelto, pero le participo que la palomina, la cagarruta de oveja y la porquería de cerdo son los mejores abonos naturales que existen. Pero, con eso y con todo, un palomar no rinde, no rinde, come mucho, no es negocio, vaya. Que si reparaciones, que si jalbegue, que si veneno, que si matrícula... La matrícula, como lo oye, un palomar sin matrícula no vale nada, es un cero a la izquierda, ni puede acotarse, ni la caza se puede comerciar; no sirve para nada.




Entre Medina de Rioseco y Villalón, a unos kilómetros del primero, se alza el caserío de Pozo Pedro, una vieja casa de labranza, híbrida de ladrillo y adobe, con habitaciones profundas y frescas. A su vera, tres palomares, dos de ellos, de tierra y paja, en la parte posterior del edificio, semiderruidos; cilíndrico, con capuchón, el uno y, de cuatro pisos, como un zigurat mesopotámico, el otro. Ante el portón del caserío, un tercer palomar, redondo también, pero primorosamente enjalbegado, con ocho pináculos en la cubierta y cuatro troneras orientadas a los cuatro puntos cardinales, resalta entre el verde tierno de las siembras. («Ya le puede gustar a usted; trescientas mil pesetas me costó el año pasado acondicionarlo.») Alfredo Rodríguez es un hombre de media edad, de rostro curtido, en contraste con una sonrisa blanquísima, siempre abierta: Hace años sí, pero tengo entendido que esa disposición no rige ya, viene de cuando se sembraba a voleo, a mano, que a lo mejor no te daba tiempo de tapar las troneras y, de mañana, las palomas se comían el grano. Que yo sepa, hoy no se cierran las trampillas durante la sementera, yo, al menos, no tranco el mío, que las mismas máquinas atollan la simiente y no hay peligro, no hay peligro.

Por regla general la paloma se defiende sola, no requiere cuidados, come por su cuenta, lo que no quita para que, en mi caso, como tengo al lado el caserío, eche en el corral las barreduras de la era, en el cubierto, bajo la paja, y ellas se entretienen escarbándolas y comiendo. Claro que bajan palomas de otros palomares ya se cuenta, no se puede evitar.

Palomina aparte, tiene usted de beneficio la entresaca de pichones, pero ésta, como la fuga de palomas en primavera, se compensa con las forasteras que llegan en invierno, la zurita principalmente, que, así que arrecia el frío, busca refugio en los palomares.

La que más alto se cotiza es la bravía, que no se si va a quinientas o seiscientas el par, para el tiro del pichón o eso, y no es que sea una paloma especial, no, es esa que ve usted ahí, que dicen que vuela mejor y es más recia. El hecho de atraparlas no tiene ninguna ciencia, no hay más que cegar por la noche las troneras y el animalito queda indefenso. A mí me las han pedido muchas veces, pero que muchas, y nunca las he vendido. El Gitano, uno de por aquí, que se dedica a eso, me viene cada año, «véndeme unas palomas, Alfredo» y yo, «que no, Gitano, que ni lo he hecho ni lo pienso hacer, ya lo sabes, que yo no crío palomas para eso».

Ahora, estas del tiro de pichón son las que más dan, con diferencia, pero, a cambio, el palomar tarda tres o cuatro años en recuperarse. Lo que no va en lágrimas, va en suspiros. Se mire por donde se mire esto de las palomas no es negocio, ni creo que lo haya sido nunca. Todavía antes de la guerra, con los palomeros, vaya, pero lo que es hoy... Lo mío es un capricho, un «hobby», como dicen ahora, que un día me llego al palomar y me digo: «Voy a llevarme unos pichones para casa». Y afano unos cuantos y los reparto entre la familia y, si sobra alguno, me llego donde el Hotel Norte y le digo al dueño: «En el coche tengo unos palominos, ¿te interesan?». «Pues sí, bájalos.» Y no hay más. Es decir, yo nunca he explotado esto como negocio; lo tengo como entretenimiento pero me cuesta dinero, me cuesta dinero.

El palomar rústico de Castilla, principalmente en Tierra de Campos, no sólo decora y amuebla el paisaje: lo calienta.

Es una referencia en la inmensidad desolada del páramo. La expansión del palomar por estos pueblos data del XIX, de finales de siglo. Palomares de barro, cuadrados unos, otros rectangulares; los más, redondos como diminutos cosos taurinos.

En antigüedad se llevan la palma los de Wamba, del XVIII, y, los más bellos, como conjunto, los de Villavicencio de los Caballeros, diez palomares encaramados en una loma, como un bando de perdices, dominando el llano.

La plasticidad del conjunto acrece cuando estos palomares, iluminados por el sol poniente que arranca de la paja fulgores de oro viejo¬se recortan sobre un nubazo negro, de verano.

Mas en contra de lo que de lo que vulgarmente se cree, un palomar no es una simple garita para refugio de pájaros nómadas. el Palomar castellano, aparte su arquitectura más o menos caprichosa y bella, tiene su ciencia, su técnica.

En la parte interna del muro de adobe,que preserva como ningún otro material del calor y del frío, van incrustados los nidales, en forma de casquete esférico, de no menos de veinte centímetros de profundidad. Por medio, un pasillo para que las aves merodeen y, frente por frente, otro muro con nidales, delimitando el patio central.

Curiosamente, la puerta de los palomares se abre siempre a mediodía para evitar el zarzagán, el frío cierzo del norte.




Los mayores enemigos del palomar son, sin duda, la grajeta y el cazador. La grajeta, si te descuidas, entra en el palomar en la época de puesta y no te deja un huevo. También el tordo es malo pero ése, al menos, convive con la paloma; todo lo más, se mete bajo las tejas; te las destroza pero las deja en paz.

A la grajeta la combatimos con huevos envenenados pero van caros, van caros. A tres mil quinientas pesetas la caja. A ver, se reparten en los colgadizos y dentro. Morir no sé si morirán, pero de seguro no vuelven.

Más difícil es deshacerse de los cazadores, una perdición, créame. Los hay desahogados que se ponen alrededor del palomar, tiran una piedra y ¡punpun!, al bulto. Otras veces se colocan en los pasos.

Para ir a comer y a beber, la paloma tiene sus caminos en el aire y los cazadores los conocen y, entonces, aguardan ocultos y, según pasa el bando, pun¬pun, una docena al suelo.

Y, luego, no se olvide del figurín, el figurín que llaman ellos, la caza con figurín, un palomo vivo que amarran a un poste, de cimbel, y allí acude el palomar entero, a ver, donde va una, van todas, van todas.

¡Y menos mal que este año anticiparon la veda, si no me dejan sin un pájaro! Y le advierto que eso del figurín está prohibido. Es como la siembra de yeros.

La paloma, como es sabido, es caprichosa de los yeros y si la aguardan en la lindera, a cubierto, con el alba, acaban con ella. Y le participo que yo tengo acotado el palomar, si no, no sé lo que pasaría.

Sí, como lo oye, acotado, entablillado y todo, que hoy día un palomar es muy goloso y, además de los de la escopeta, están es los de la mano larga, que el año pasado, le puse una puerta de chapa sobre la de tablas.

Así las cosas, no tiene nada de particular que la mayor parte de los palomares de Tierra de Campos, a pesar de ser pieza esencial de la fisionomía de Castilla, estén hoy abandonados.

La personalidad de un paisaje viene dictada a veces por detalles, nimios en apariencia, pero de acusada significación.

Persuadido de ello, Manuel Fuentes, a su paso por la alcaldía de Medina de Rioseco, editó libros y folletos, organizó concursos y conferencias, animando al personal a conservar los palomares, tratando de convencer a sus dueños de que un palomar contribuye no sólo a crear la imagen de Tierra de Campos sino que, debidamente atendido, puede llegar a ser remunerador. Y, a fin de cuentas, yo no sé para qué nos gastamos tanto dinero en el palomar, porque le diré una cosa, contra más viejo y cochambroso esté, más cariño le torna la paloma.

Parece que debería ser al contrario, ¿verdad?, pues no señor: contra más viejo, más querencia le muestra. Yo he hecho una obra en el palomar el año pasado, ¿verdad?, bueno, pues la paloma, desde entonces, le rehúye, ¡qué sé yo!, le choca verlo tan arreglado, tan blanco; no la gusta.

Por lo que sea, no lo sé, pero no la gusta. La prueba es que este año la caza ha disminuido. Menos mal que, al cabo del tiempo, la paloma pierde el recelo y el palomar se recupera".


Los Nobles Materiales

Dentro de la diversidad de materiales utilizados para la edificación de los palomares sobresalen aquellos que nada tienen de nobles. Lo más común recogido de la naturaleza y el entorno sirve para levantar esta construcción.



El barro "crudo, es decir, sin cocer, es el material más utilizado en las construcciones tradicionales castellanas, y se presenta, sobre todo en sus dos modalidades más conocidas: el adobe y el tapial.

Este material es una sencilla mezcla de masa de barro con paja que le asegura una mayor solidez y consistencia.

Pero no todas las tierras son óptimas para su elaboración: es imprescindible que el porcentaje de arcilla no llegue al 20% y que la proporción de arena sea superior al 45%; el agua empleada no debe superar el 20% del peso de la arcilla empleada; la paja habrá de encontrarse bien seca y picada.

Por las campañas de excavación de yacimientos arqueológicos podemos constatar cómo ya desde tiempos prehistóricos se usaba.

Los romanos no fueron menos; uno de sus escritores, Vitruvio, en el segundo libro de su Arquitectura, se extiende al tratar de la fabricación de este material, y aconseja: "No hacer de barro arenoso ni pedregoso.

Porque los tales son pesados, y si se mojan estando en el edificio, luego se deshacen y caen, y la paja que en ellos se echa por la aspereza de la tierra no se pega, mas han se de hacer de tierra blanca, gredosa, o de tierra colorada, o de tierra arenisca macho, porque estos géneros de tierra por ser livianos tienen firmeza.

Han se de hacer en tiempo de primavera, o en otoño, para que se sequen, porque los que en julio y agosto se hacen son malos. Porque el sol calienta reciamente, hace que por cima parezcan secos y dentro están húmedos, y cuando después se van secando, se encogen y aprietan, y abren lo que estaba seco".

Desde el punto de vista etnográfico, conviene señalar que, aunque las medidas y tipos de tierra que se emplean sean diferentes en cada comarca, el sistema de fabricación es muy similar en todas ellas.

A la orden de los "viejos" se comenzaba a picar la tierra, en forma de hoyo, se echaba la paja, que se había seleccionado bien picada y bajado en sacos, y se recalaba todo; para que se empapara bien, había que pisarlo y amasarlo muchas veces, dejando el agua toda una noche.

Al día siguiente se hacía una playa, un terreno llano y bien limpio, y se acercaba la masa. El "cortador" ya había preparado el mencal; gradilla, se denomina en otros lugares, y mojado con un trapo para evitar que se pegase; éste era de madera con dos o tres cavidades, según los casos, pero normalmente se utilizaba el "arrobero", para que cada corte pesara más o menos una arroba, esto es, once kilos con quinientos dos gramos. El oficiante iba realizándolo por filas y pasando por cada adobe un trapo humedecido que les daba un brillo extraordinario. Al final de la jornada se percibía el cansancio, pues eran unos doscientas las piezas realizadas.



Los adobes, una vez hechos, se dejan secar al sol, dándoles vueltas cada día y medio o dos, y colocándolos sobre uno u otro costado, para que el sol y el aire los seque bien por todas partes.

Si éstos son mejor para utilizar en las paredes altas de las casas, los tapiales; tierra aprisionada, lo son para el relleno de entramados de madera o para la elaboración de bovedillas.

Otras aplicaciones del barro son: como mortero para unir cantos rodados o piedras; mezclado con paja para revoque de muros y tapias, logrando mayor impermeabilidad y consiguiendo paliar los cambios bruscos de temperatura.

Ladrillos y tejas. El barro cocido es la materia prima empleada para la fabricación de ladrillos y tejas. La arquitectura popular de ladrillo es heredera directa de otra culta de ascendencia mudéjar introducida, en sus primeros momentos, en edificios religiosos ejecutados bajo gustos románicos o góticos.

La piedra. En las zonas montañosas, el material de construcción por excelencia es la piedra; sin embargo, la falta de dichos espacios montañosos en la comarca no es óbice para que se utilicen las piedras caliza y arenisca. Principalmente en este momento nos referimos a la piedra de mampostería, de labra tosca e irregular, que aparece en varias casas del pueblo.

La madera. Otro material de construcción muy utilizado, auxiliar si se quiere, es la madera. Su empleo varía mucho de unas comarcas a otras, dependiendo, normalmente, de la mayor o menor abundancia de arbolado en las mismas. Sus usos más comunes son como entramados, en los soportales y en los aleros de los tejados.

"¿Alguien puede decir cuántas cabañas quedan en Castilla? Tejas llenas de musgo y paredes de adobe definen todavía un espacio único donde se guarda la beldadora o el trillo, algún monton de paja, arreos de animal, utensilios de labranza, cestos viejos, gavillas, telarañas y sueños.

Estaban -y estan- situados al borde de las eras, al comienzo del huerto o en medio del majuelo y proporcionaban sombra y techo, frescor en la canicula y cierta protección de los aperos. Servian para dormir la siesta en los días de mucho madrugar o, en las tardes de nublado, para protegerse de aguaceros. Más de una exploración de anatomías realizó bajo su techo y alguna historia de amos adolescente fue consumada en aquel ámbito iniciático.

Revestidas de la belleza nostálgica de lo que desaparece, se esfuerzan por mantenerse todavía en pie ofreciendo todo lo que tienen: hermosura para la sensibilidad estética, sosiego para la inmortalidad de las arañas y refugio a tordos y gorriones que no hallan otro lugar donde pones sus nidos".